Artículo.
El Presidente de México, muy emocionado, expresó una optimista y hasta pudiera decirse bonita frase el pasado 12 del mes en curso durante una gira por San Luis Potosí. “Estamos emprendiendo el vuelo, queremos volar muy alto y volar muy lejos…”. Tales palabras seguramente fueron dichas de buena fe y no sin cierto dejo de inocencia, ya que irremediablemente hacen recordar a un presidente priista de triste memoria para los mexicanos en el sexenio de 1970-1976: Luis Echeverría Álvarez, cuyo lema de gobierno fue “Arriba y adelante”.
Cierto que desde aquel populista, represor, ineficaz y acaso sangriento régimen echeverrista, han transcurrido 36 años a través de los cuales el país como cualquier otro ente vivo, ha sufrido grandes transformaciones sociales, económicas, demográficas y políticas, es decir, la nación de hoy poco tiene que ver con lo que era en los años setenta.
Enrique Peña Nieto ha iniciado su gestión con decisiones ciertamente importantes y trascendentales que auguran, al menos en el arranque del sexenio, voluntad e inteligencia políticas para la toma de decisiones por difíciles y costosas que éstas sean. La inmovilidad, pasividad y ambigüedad en el recién concluido gobierno panista, se convirtieron en pesadas rémoras para el avance del país en las áreas estructurales; basta con voltear a ver las cifras del desempleo abierto, las del comercio informal, el lugar que ocupa la calidad de nuestra educación escolar en el mundo, y también el exiguo crecimiento del PIB, el cual no es para presumir -aunque algunos insistan en hacerlo.
La administración actual, hay que decirlo, actúa políticamente correcta al desactivar de entrada las provocaciones de aquellos “resentidos y trastornados por el deseo de poder”, que amenazan rudimentariamente con llenarle de obstáculos el camino mediante ignominiosos chantajes y burdas e hilarantes amenazas, además de pretender distraerle de actividades prioritarias y fundamentales.
Diálogo y acuerdos son la esencia de la actividad política. Y el Presidente cuenta hoy con dos operadores políticos de grandes ligas en el Congreso; tanto Manlio como Gamboa poseen la onza de oro para realizar tan delicada y fina tarea, por lo que en consecuencia, el margen de maniobra para el jefe del Ejecutivo se abre significativamente y con esto llevar a buen puerto las reformas estructurales que tanto precisa México. Ha iniciado exitosamente con dos: la aprobación a La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y la reforma educativa.
Los espaldarazos que el Presidente ha recibido en los primeros días de trabajo tanto en el país como en la comunidad internacional, entre ellos el gobierno de los Estados Unidos, redundan en un ambiente menos áspero y más confortable, lo que sin duda genera una atmosfera de confianza, propicia para un mejor desempeño en la cotidiana e impostergable labor de la toma de decisiones.
Sin embargo, es precisamente en la conformación del gabinete donde se generan las primeras dudas y cuestionamientos para Peña Nieto: el número de mujeres que han sido incluidas es incuestionablemente bajo e insuficiente, aún más si se considera que por lo menos una de ellas ocupa el cargo como parte de la acostumbrada “cuota política”. Pero las interrogantes se magnifican con los nombramientos “sorpresivos” de personajes identificados por la sociedad mexicana como miembros del viejo PRI, de ese viejo y desgastado partido político cuyo bagaje de corrupción, autoritarismo, demagogia, atraso e ineficacia se constituyen como peligrosas sombras de dudas en un regreso al pasado, de un vergonzoso más de lo mismo.
Corresponde pues al presidente Peña Nieto, mediante decisiones y hechos contundentes, demostrar al pueblo de México que el abyecto PRI al que los mexicanos lanzaron del poder hace 12 años hoy no está de regreso, porque eso sería un suicidio político y una irreparable pérdida de tiempo para esta gran Nación que es México. Los mexicanos estaremos muy vigilantes de que ese “volar muy alto y muy lejos”, no se quede en simple retórica populista, y por el contrario sea efectivamente el despegar hacia cielos más promisorios y justos donde las esperanzas de 110 millones de mexicanos puedan al fin realizarse.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Benjamín Torres Uballe. Ciudad de México. Escritor de poesía y cuento. Ha publicado dos poemarios. Es colaborador de la revista cultural "El Búho" www.revistaelbuho.com. También es articulista del portal de noticias www.ferriz.com.mx. Bienvenidos.
domingo, 16 de diciembre de 2012
sábado, 8 de diciembre de 2012
FERNANDO SAVATER EN CU
Relato.
Es miércoles 5 de diciembre a las once de la mañana. Viajo apretujado y soporto muchos vándalos disfrazados de vendedores ambulantes. Durante 75 minutos me transporto en un deprimente autobús suburbano con tarifa de primera, servicio de sexta y música de bandas a decibeles demoniacos. Desde el norte del Estado de México me dirijo al Metrobús en la estación Potrero, donde me encuentro con mi amigo David, le ofrezco disculpas por la ofensiva tardanza. Luego, y tras chutarnos 34 asfixiantes estaciones a vuelta de rueda hasta el Centro Cultural Universitario, por fin llegamos corriendo a la Sala Nezahualcóyotl. Son las 13:40 horas, para entonces hemos completado dos horas con 40 minutos de trayecto.
El motivo de tanto ajetreo es que David y yo estamos muy ansiosos por escuchar la conferencia magistral que impartirá el escritor y filósofo español Fernando Savater. Apenas nos estamos sentando cuando inicia la ponencia de este literato de 65 años. El tema es “Ética con Urgencia”, que corresponde al tema y título de su nuevo libro.
Habla media hora con extraordinaria fluidez, en los cuales expone estupendamente el tema, tanto, que desde el inicio atrapa la atención del público conformado principalmente por jóvenes universitarios, y que ocupan totalmente las 2,229 butacas de tan hermosa y elegante sala.
Después contesta durante 35 minutos, preguntas que le formulan tanto la directora de Literatura de la UNAM, como algunas del público estudiantil; estas últimas sin duda fueron las de mayor interés. No se guardó o evadió respuesta alguna, las abordó todas con envidiable lucidez, síntesis, sencillez y particularmente con un espléndido sentido del humor característico de estos grandes personajes.
Durante su conferencia expresó conceptos que se quedan en la memoria, pero sobre todo para la reflexión, y como él lo refirió, “mis libros no pretenden ser el punto de llegada, sino apenas un pequeño punto de partida”. Así es el tamaño de la sencillez y objetividad de éste también ex profesor universitario que se comporta con la frescura y desenfado de un treintañero.
Savater ha pronunciado frases en tono de broma y otras muy en serio; pero todas sin duda alguna con gran significado, he aquí sólo algunas como muestra:
“Ética es aquello que les falta a todos los demás”.
“Las protestas son irrelevantes si tras de ellas no vienen la propuestas”.
“Los valores surgen en las crisis, no cuando todo marcha bien”.
“Los valores no se han perdido, no se puede hablar que se nos olvidaron en algún autobús”.
“La buena educación cuesta muy cara, pero los países que no inviertan en ella terminarán pagándola aún más cara”.
“Los humanos son creyentes o pensantes”.
Al final, sí que valió la pena y por mucho, tan tremenda excursión expiatoria que temerariamente realicé hoy, pero que sin embargo al ver a los jóvenes verdaderamente interesados en el tema y en el escritor, refresca y alimenta el alma. En lo personal me congratula con la vida y con el oficio de escribir.
¡Uf, ahí voy! de regreso a casa, me esperan otras dos horas y media en transporte público, la primera etapa es en el Pumabús al Metro Universidad, lo bueno es que el servicio es gratuito.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Es miércoles 5 de diciembre a las once de la mañana. Viajo apretujado y soporto muchos vándalos disfrazados de vendedores ambulantes. Durante 75 minutos me transporto en un deprimente autobús suburbano con tarifa de primera, servicio de sexta y música de bandas a decibeles demoniacos. Desde el norte del Estado de México me dirijo al Metrobús en la estación Potrero, donde me encuentro con mi amigo David, le ofrezco disculpas por la ofensiva tardanza. Luego, y tras chutarnos 34 asfixiantes estaciones a vuelta de rueda hasta el Centro Cultural Universitario, por fin llegamos corriendo a la Sala Nezahualcóyotl. Son las 13:40 horas, para entonces hemos completado dos horas con 40 minutos de trayecto.
El motivo de tanto ajetreo es que David y yo estamos muy ansiosos por escuchar la conferencia magistral que impartirá el escritor y filósofo español Fernando Savater. Apenas nos estamos sentando cuando inicia la ponencia de este literato de 65 años. El tema es “Ética con Urgencia”, que corresponde al tema y título de su nuevo libro.
Habla media hora con extraordinaria fluidez, en los cuales expone estupendamente el tema, tanto, que desde el inicio atrapa la atención del público conformado principalmente por jóvenes universitarios, y que ocupan totalmente las 2,229 butacas de tan hermosa y elegante sala.
Después contesta durante 35 minutos, preguntas que le formulan tanto la directora de Literatura de la UNAM, como algunas del público estudiantil; estas últimas sin duda fueron las de mayor interés. No se guardó o evadió respuesta alguna, las abordó todas con envidiable lucidez, síntesis, sencillez y particularmente con un espléndido sentido del humor característico de estos grandes personajes.
Durante su conferencia expresó conceptos que se quedan en la memoria, pero sobre todo para la reflexión, y como él lo refirió, “mis libros no pretenden ser el punto de llegada, sino apenas un pequeño punto de partida”. Así es el tamaño de la sencillez y objetividad de éste también ex profesor universitario que se comporta con la frescura y desenfado de un treintañero.
Savater ha pronunciado frases en tono de broma y otras muy en serio; pero todas sin duda alguna con gran significado, he aquí sólo algunas como muestra:
“Ética es aquello que les falta a todos los demás”.
“Las protestas son irrelevantes si tras de ellas no vienen la propuestas”.
“Los valores surgen en las crisis, no cuando todo marcha bien”.
“Los valores no se han perdido, no se puede hablar que se nos olvidaron en algún autobús”.
“La buena educación cuesta muy cara, pero los países que no inviertan en ella terminarán pagándola aún más cara”.
“Los humanos son creyentes o pensantes”.
Al final, sí que valió la pena y por mucho, tan tremenda excursión expiatoria que temerariamente realicé hoy, pero que sin embargo al ver a los jóvenes verdaderamente interesados en el tema y en el escritor, refresca y alimenta el alma. En lo personal me congratula con la vida y con el oficio de escribir.
¡Uf, ahí voy! de regreso a casa, me esperan otras dos horas y media en transporte público, la primera etapa es en el Pumabús al Metro Universidad, lo bueno es que el servicio es gratuito.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
sábado, 1 de diciembre de 2012
¿NUEVO PRI?
Artículo.
En este mes de diciembre, los mexicanos iniciamos, para bien o para mal y por los próximos seis años, una nueva etapa de gobierno con el PRI al frente de la administración pública.
Para el ciudadano común y corriente, que conformamos la contundente mayoría de la población en el país, el regreso del partido tricolor al poder después de doce años constituye, tras las decepcionantes administraciones panistas, apenas una leve luz de esperanza en las apremiantes necesidades de cada día.
Es indudable que el nivel de bienestar en los mexicanos se pauperizó aún más en los dos últimos sexenios panistas: el desempleo abierto aumentó a niveles alarmantes, el subempleo creció substancialmente. Ante esto, muchos connacionales encontraron en el comercio informal un endeble salvavidas para poder sobrevivir, y muchos otros se vieron obligados por la necesidad a emigrar en busca del cada vez más lejano y cruel “sueño americano”. El Presidente del “empleo” simplemente se dedicó, eso sí, con intensidad, a otras actividades de mayor “relumbrón” político.
Una de las necesidades básicas del ser humano es la seguridad, y en esta obligación el presidente Calderón fracasó de manera estrepitosa al conducir a la nación y a las fuerzas armadas a una inútil, sangrienta y costosa guerra contra el crimen organizado. Los miles de muertos a consecuencia de tan grave yerro son los más absolutos y tristes testimonios de esa guerra fallida que sólo logró exacerbar, como nunca en la historia moderna, los índices de violencia en buena parte del territorio nacional.
En el gobierno calderonista la corrupción se paseó de manera impune e inmoral, y se exhibió vergonzosamente a través de casos tan ignominiosos, sólo por mencionar algunos, en: las fugas masivas en los penales tanto en los federales como en los estatales, el proyecto y construcción de la “célebre” Estela de Luz, los obscuros contratos y negocios en la CFE y Pemex, en el Instituto de Migración, pero el punto máximo se evidenció grotescamente en lo que más daña a la sociedad mexicana: la falta de una aplicación digna, efectiva y expedita de la justicia, la que normalmente es vendida al mejor postor por quienes deberían impartirla, tal como lo evidencian los casos de personas declaradas inocentes después de haber pasado años recluidas injustamente.
Hoy, miles de jóvenes carecen de oportunidades para ingresar a planteles educativos, muchos otros egresan de las universidades sólo para formar parte del voraz demonio del desempleo, convirtiéndolos potencialmente también en un peligroso caldo de cultivo a favor de la delincuencia. Es definitivo que se requiere con urgencia destinar verdaderamente mayores recursos a la educación e investigación, pues sabido es que talento lo hay, y de sobra, en los mexicanos; así lo demuestran todos aquellos que brillan en el extranjero, lo mismo en la NASA que en las mejores universidades, en las artes, o incluso en la iniciativa privada. Lo que es bárbaramente ineficiente y se convierte en un pesado lastre es la deplorable infraestructura en calidad y cantidad que conforma el desigual sistema educativo mexicano.
La industria mexicana, salvo muy honrosas excepciones, está muy rezagada con relación a otras economías emergentes, ya no se diga respecto a las naciones desarrolladas, o incluso con las asiáticas; todo originado principalmente por la falta de inversión en los rubros de investigación y desarrollo, lo cual nos ha llevado a constituirnos en meros maquiladores y ser dependientes tecnológicamente de otros países, lo que es equivalente a colocarse en el mediano plazo un revolver en la cabeza.
Tiene, pues, el PRI ante sí una oportunidad inmejorable e histórica para corregir sus errores del pasado por los cuales la sociedad mexicana lo echó de Los Pinos, esa sociedad que estaba harta de las eternas y nefastas prácticas priistas: corrupción, ineficacia, demagogia, compadrazgos, clientelismos, falta de justicia y la producción vergonzosa de nuevos políticos ricos cada sexenio.
México en el 2012 es otro. Su sociedad evolucionó hasta convertirse en la actualidad en un crítico implacable, dejó de ser el observador pasivo y pusilánime para ser un actor cotidiano en la vida del país. De poco o nada sirve el insultante discurso de que la macroeconomía está en niveles excelentes si tal mejoría no se refleja en los bolsillos y en las mesas de millones de familias en la República Mexicana.
¿Podrá y querrá el PRI insertar a este poderoso México en la justicia, progreso y modernidad? A este maravilloso país que, como lo dijo Colosio en su memorable discurso de 1994: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia… un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”.
Con hechos, el PRI deberá demostrar si regresó para gobernar únicamente por seis años, o su proyecto y compromiso con los mexicanos y la historia es verdadero y a largo plazo. Ellos tienen la palabra y los hechos, sólo ellos.
En este mes de diciembre, los mexicanos iniciamos, para bien o para mal y por los próximos seis años, una nueva etapa de gobierno con el PRI al frente de la administración pública.
Para el ciudadano común y corriente, que conformamos la contundente mayoría de la población en el país, el regreso del partido tricolor al poder después de doce años constituye, tras las decepcionantes administraciones panistas, apenas una leve luz de esperanza en las apremiantes necesidades de cada día.
Es indudable que el nivel de bienestar en los mexicanos se pauperizó aún más en los dos últimos sexenios panistas: el desempleo abierto aumentó a niveles alarmantes, el subempleo creció substancialmente. Ante esto, muchos connacionales encontraron en el comercio informal un endeble salvavidas para poder sobrevivir, y muchos otros se vieron obligados por la necesidad a emigrar en busca del cada vez más lejano y cruel “sueño americano”. El Presidente del “empleo” simplemente se dedicó, eso sí, con intensidad, a otras actividades de mayor “relumbrón” político.
Una de las necesidades básicas del ser humano es la seguridad, y en esta obligación el presidente Calderón fracasó de manera estrepitosa al conducir a la nación y a las fuerzas armadas a una inútil, sangrienta y costosa guerra contra el crimen organizado. Los miles de muertos a consecuencia de tan grave yerro son los más absolutos y tristes testimonios de esa guerra fallida que sólo logró exacerbar, como nunca en la historia moderna, los índices de violencia en buena parte del territorio nacional.
En el gobierno calderonista la corrupción se paseó de manera impune e inmoral, y se exhibió vergonzosamente a través de casos tan ignominiosos, sólo por mencionar algunos, en: las fugas masivas en los penales tanto en los federales como en los estatales, el proyecto y construcción de la “célebre” Estela de Luz, los obscuros contratos y negocios en la CFE y Pemex, en el Instituto de Migración, pero el punto máximo se evidenció grotescamente en lo que más daña a la sociedad mexicana: la falta de una aplicación digna, efectiva y expedita de la justicia, la que normalmente es vendida al mejor postor por quienes deberían impartirla, tal como lo evidencian los casos de personas declaradas inocentes después de haber pasado años recluidas injustamente.
Hoy, miles de jóvenes carecen de oportunidades para ingresar a planteles educativos, muchos otros egresan de las universidades sólo para formar parte del voraz demonio del desempleo, convirtiéndolos potencialmente también en un peligroso caldo de cultivo a favor de la delincuencia. Es definitivo que se requiere con urgencia destinar verdaderamente mayores recursos a la educación e investigación, pues sabido es que talento lo hay, y de sobra, en los mexicanos; así lo demuestran todos aquellos que brillan en el extranjero, lo mismo en la NASA que en las mejores universidades, en las artes, o incluso en la iniciativa privada. Lo que es bárbaramente ineficiente y se convierte en un pesado lastre es la deplorable infraestructura en calidad y cantidad que conforma el desigual sistema educativo mexicano.
La industria mexicana, salvo muy honrosas excepciones, está muy rezagada con relación a otras economías emergentes, ya no se diga respecto a las naciones desarrolladas, o incluso con las asiáticas; todo originado principalmente por la falta de inversión en los rubros de investigación y desarrollo, lo cual nos ha llevado a constituirnos en meros maquiladores y ser dependientes tecnológicamente de otros países, lo que es equivalente a colocarse en el mediano plazo un revolver en la cabeza.
Tiene, pues, el PRI ante sí una oportunidad inmejorable e histórica para corregir sus errores del pasado por los cuales la sociedad mexicana lo echó de Los Pinos, esa sociedad que estaba harta de las eternas y nefastas prácticas priistas: corrupción, ineficacia, demagogia, compadrazgos, clientelismos, falta de justicia y la producción vergonzosa de nuevos políticos ricos cada sexenio.
México en el 2012 es otro. Su sociedad evolucionó hasta convertirse en la actualidad en un crítico implacable, dejó de ser el observador pasivo y pusilánime para ser un actor cotidiano en la vida del país. De poco o nada sirve el insultante discurso de que la macroeconomía está en niveles excelentes si tal mejoría no se refleja en los bolsillos y en las mesas de millones de familias en la República Mexicana.
¿Podrá y querrá el PRI insertar a este poderoso México en la justicia, progreso y modernidad? A este maravilloso país que, como lo dijo Colosio en su memorable discurso de 1994: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia… un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”.
Con hechos, el PRI deberá demostrar si regresó para gobernar únicamente por seis años, o su proyecto y compromiso con los mexicanos y la historia es verdadero y a largo plazo. Ellos tienen la palabra y los hechos, sólo ellos.
martes, 13 de noviembre de 2012
CARTA DE PACO ALPARGATAS
Cuento Breve.
(Demasiado)
Prólogo.
Carta enviada por mi amigo Paco Alpargatas a finales de septiembre de 2012, y entregada velozmente por el eficiente servicio postal en mi domicilio el 2 de noviembre. (¿algún presagio?).
Por considerar que dicha epístola pudiera ser de interés para algún sector de la sociedad, alguna ONG o la sociedad protectora de animales; me permito reproducirla íntegramente. Aclaro que, por las evidentes faltas en el estilo ortográfico no me responzabilizo; sin embargo, suplico al amable lector su comprensión, pues tan obvias transgresiones al buen escribir pudieron estar originadas en tan paupérrimo y vacilante estado anímico o a que tales lineas las escibió el sr. Alpargatas sobre sus etílicas rodillas a la hora de la botana en algún lupanar de muy mala muerte, de los cuales ultimamente es asiduo visitante. Allá les va...
¡Uf!, me siento totalmente abrumado, está por concluir el tercer trimestre del año; de este año que según los eruditos mayas es la conclusión de una era. Tengo un enorme deseo que así sea, no me ha ido como yo quisiera, más bien todo lo contrario, estoy a punto de bajarme del mundo para siempre mediante la eficiente y depurada técnica de invención netamente mexicana: “de a palomita”.
Las razones para apearme son tantas que si las listara me temo que ocuparían un volumen similar al de la guía telefónica; aquí sólo algunas: escasez de actividad laboral, automóvil modelo carcacha, casado con la misma mujer desde hace 35 destartalados años a través de los cuales, ella se ha desparramado ilimitadamente, el casero se ha vuelto muy intransigente con el cobro, ahora no permite que se acumulen más de diez meses de renta, el menor de mis siete hijos embarazó a su novia, y en un acto “generoso” amablemente me dejó a cargo, ya que él se embarcó de inmediato con los ”Misioneros Globales del Alma Cuarteada”, cuya sede se ubica 500 millas más allá de Tasmania.
Para mi excéntrica suerte, la mamá de mi mujer pretende que le devuelva antes que inmediato, el importe de las 63 onzas de plata que me prestó para pagar el viaje a Acapulco en el verano pasado. Pobre ilusa. Me pregunto querido y mandilón amigo ¿Qué es tanta la incultura de esa insensible mujer, para no conocer el significado de la palabra inmaterialidad?, sabido es que, no sólo de pan vive el hombre (en este caso mujer, suegra, pero al fin y al cabo mujer). Es imposible pagarle por más que lo intento, aún no obtengo el premio mayor de la lotería nacional a pesar que juego cada semana buscando desesperadamente ganarlo, y además, el invidente dueño del expendio ya no quiere darme más crédito hasta en tanto no pague los 3,000 pesos de mi adeudo total, conformado por billetes, sopas instantáneas, cajetillas de cigarros, y paquetes muchos de chicles de menta libres de azucar.
Tantas presiones y desesperación me llevaron a consultar a un afamado chaman que me recomendó doña Chencha la portera. El tal brujo tiene su consultorio por el rumbo del Metro La Raza. Sin embargo en el extremo del infortunio, al intentar pagar por anticipado los honorarios por la consulta, ¡Zas!, que no pasa mi tarjeta de crédito, entonces tuve que dejar en pago, el radio y la llanta de refacción de mi destartalado auto.
Qué chaman ni que ocho cuartos, ¡desgraciado brujo timador y puñal!, me propuso que si iba con él a un bar de Lindavista, no me cobraría las siguientes 25 sesiones de la terapia, por supuesto que lo mandé a la china por naranjas en cuanto me empezó a manosear con el pretexto de que era para espantarme las malas vibras y envidias; según él, que así lo indicaba su maestra “la Paca”. De ahí me fui directito a “pare de sufrir”, pero no manches, se pasan de listos, querían una “contribución inicial voluntaria” de tan sólo 2,000.00 pesos, eso sí, me juraban que a partir de ese momento y de forma milagrosa cesarían todos mis sufrimientos. No le entré; los dos mil pesos hace años que no los veo juntos, y no quisieron aceptar los sesenta pesos en vales de despensa que aún me sobraban.
Amigo Benjamín por favor oriéntame, estoy al borde del precipicio. Mi mujer, para ejercer mayor presión sobre mi angustiada y flaca existencia, quiere traer a vivir a nuestra casa, a la cetácea de su madre, ¡no, no lo resistiré!, prefiero otra clase de martirio: ver una telenovela colombiana, un partido del América, asistir a una sesión del congreso, o incluso la máxima tortura para un ser humano: un discurso del “peje”.
En espera de tu amable y gentil respuesta, te reitero mi amistad incondicional y lealtad a toda prueba. (Ah, y yo no me fajé a tu novia la “popotes” en la secundaria, son puras habladurias, ya sabes cómo es la gente de envidiosa, fue el “harapos, el que se sentaba en la sexta fila con la “pecas”, la vieja gandalla que te traía de encargo y te madreaba siempre a la hora del recreo por que le hacias mal su tarea de matemáticas).
Tu amigo
Paco alpargatas.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
(Demasiado)
Prólogo.
Carta enviada por mi amigo Paco Alpargatas a finales de septiembre de 2012, y entregada velozmente por el eficiente servicio postal en mi domicilio el 2 de noviembre. (¿algún presagio?).
Por considerar que dicha epístola pudiera ser de interés para algún sector de la sociedad, alguna ONG o la sociedad protectora de animales; me permito reproducirla íntegramente. Aclaro que, por las evidentes faltas en el estilo ortográfico no me responzabilizo; sin embargo, suplico al amable lector su comprensión, pues tan obvias transgresiones al buen escribir pudieron estar originadas en tan paupérrimo y vacilante estado anímico o a que tales lineas las escibió el sr. Alpargatas sobre sus etílicas rodillas a la hora de la botana en algún lupanar de muy mala muerte, de los cuales ultimamente es asiduo visitante. Allá les va...
¡Uf!, me siento totalmente abrumado, está por concluir el tercer trimestre del año; de este año que según los eruditos mayas es la conclusión de una era. Tengo un enorme deseo que así sea, no me ha ido como yo quisiera, más bien todo lo contrario, estoy a punto de bajarme del mundo para siempre mediante la eficiente y depurada técnica de invención netamente mexicana: “de a palomita”.
Las razones para apearme son tantas que si las listara me temo que ocuparían un volumen similar al de la guía telefónica; aquí sólo algunas: escasez de actividad laboral, automóvil modelo carcacha, casado con la misma mujer desde hace 35 destartalados años a través de los cuales, ella se ha desparramado ilimitadamente, el casero se ha vuelto muy intransigente con el cobro, ahora no permite que se acumulen más de diez meses de renta, el menor de mis siete hijos embarazó a su novia, y en un acto “generoso” amablemente me dejó a cargo, ya que él se embarcó de inmediato con los ”Misioneros Globales del Alma Cuarteada”, cuya sede se ubica 500 millas más allá de Tasmania.
Para mi excéntrica suerte, la mamá de mi mujer pretende que le devuelva antes que inmediato, el importe de las 63 onzas de plata que me prestó para pagar el viaje a Acapulco en el verano pasado. Pobre ilusa. Me pregunto querido y mandilón amigo ¿Qué es tanta la incultura de esa insensible mujer, para no conocer el significado de la palabra inmaterialidad?, sabido es que, no sólo de pan vive el hombre (en este caso mujer, suegra, pero al fin y al cabo mujer). Es imposible pagarle por más que lo intento, aún no obtengo el premio mayor de la lotería nacional a pesar que juego cada semana buscando desesperadamente ganarlo, y además, el invidente dueño del expendio ya no quiere darme más crédito hasta en tanto no pague los 3,000 pesos de mi adeudo total, conformado por billetes, sopas instantáneas, cajetillas de cigarros, y paquetes muchos de chicles de menta libres de azucar.
Tantas presiones y desesperación me llevaron a consultar a un afamado chaman que me recomendó doña Chencha la portera. El tal brujo tiene su consultorio por el rumbo del Metro La Raza. Sin embargo en el extremo del infortunio, al intentar pagar por anticipado los honorarios por la consulta, ¡Zas!, que no pasa mi tarjeta de crédito, entonces tuve que dejar en pago, el radio y la llanta de refacción de mi destartalado auto.
Qué chaman ni que ocho cuartos, ¡desgraciado brujo timador y puñal!, me propuso que si iba con él a un bar de Lindavista, no me cobraría las siguientes 25 sesiones de la terapia, por supuesto que lo mandé a la china por naranjas en cuanto me empezó a manosear con el pretexto de que era para espantarme las malas vibras y envidias; según él, que así lo indicaba su maestra “la Paca”. De ahí me fui directito a “pare de sufrir”, pero no manches, se pasan de listos, querían una “contribución inicial voluntaria” de tan sólo 2,000.00 pesos, eso sí, me juraban que a partir de ese momento y de forma milagrosa cesarían todos mis sufrimientos. No le entré; los dos mil pesos hace años que no los veo juntos, y no quisieron aceptar los sesenta pesos en vales de despensa que aún me sobraban.
Amigo Benjamín por favor oriéntame, estoy al borde del precipicio. Mi mujer, para ejercer mayor presión sobre mi angustiada y flaca existencia, quiere traer a vivir a nuestra casa, a la cetácea de su madre, ¡no, no lo resistiré!, prefiero otra clase de martirio: ver una telenovela colombiana, un partido del América, asistir a una sesión del congreso, o incluso la máxima tortura para un ser humano: un discurso del “peje”.
En espera de tu amable y gentil respuesta, te reitero mi amistad incondicional y lealtad a toda prueba. (Ah, y yo no me fajé a tu novia la “popotes” en la secundaria, son puras habladurias, ya sabes cómo es la gente de envidiosa, fue el “harapos, el que se sentaba en la sexta fila con la “pecas”, la vieja gandalla que te traía de encargo y te madreaba siempre a la hora del recreo por que le hacias mal su tarea de matemáticas).
Tu amigo
Paco alpargatas.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
martes, 6 de noviembre de 2012
SIN ODIO
Te he visto ser, nuevo cielo fulgurante.
Yo he vestido la gloria eterna sólo con desearte,
eternizado el tiempo, resquebrajado el miedo.
He muerto y renacido en vida tan sólo por amarte;
mis sueños fueron luego procesión de suerte.
Viva te he visto: coronada, deslumbrante.
Guardarte en un puño el universo para siempre,
esparcir a modo pleno destellos de tu vientre.
¡Cuánta divinidad solar en tu belleza de amapola!
Nada más existencial que los aromas de tu boca.
Me has visto perderme en el excitante talle
de tu aurora audaz, vívida e imperante.
¡Sí, yo te he visto volar libre, alas de gaviota!
Ah, deidad mortal con ojos de domingo.
Destellos profundos de Dios, luces y camino.
Así, es que te he visto desnuda por el viento,
besada y maternal en el alba por el cielo.
Fecunda, como la majestuosa rosa de los años,
libre e inmaculada en cada pausa de tus sueños.
¡Cuánta cósmica ansiedad en que te he llorado!, toda.
Abarcaste en el amanecer la necesidad de mis colores.
¡Así, reina y mujer, así, yo te he visto!
Feliz en la dicha de tu buenaventura,
esplendorosa en tus horas de fortuna.
Soberbia en la belleza que iluminas,
generosa en las maternas esperanzas.
Hoy estás en la ambigüedad del Sol,
en el crepuscular insomnio de la vida que te lleva;
en la culminación de mí,
no de las estrellas plenas que te elevan.
¡Ay, mujer, mujer, tanto sabes lo que guardo!,
lo que he olvidado de ti… en el presente y el pasado.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción parcial o total a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Yo he vestido la gloria eterna sólo con desearte,
eternizado el tiempo, resquebrajado el miedo.
He muerto y renacido en vida tan sólo por amarte;
mis sueños fueron luego procesión de suerte.
Viva te he visto: coronada, deslumbrante.
Guardarte en un puño el universo para siempre,
esparcir a modo pleno destellos de tu vientre.
¡Cuánta divinidad solar en tu belleza de amapola!
Nada más existencial que los aromas de tu boca.
Me has visto perderme en el excitante talle
de tu aurora audaz, vívida e imperante.
¡Sí, yo te he visto volar libre, alas de gaviota!
Ah, deidad mortal con ojos de domingo.
Destellos profundos de Dios, luces y camino.
Así, es que te he visto desnuda por el viento,
besada y maternal en el alba por el cielo.
Fecunda, como la majestuosa rosa de los años,
libre e inmaculada en cada pausa de tus sueños.
¡Cuánta cósmica ansiedad en que te he llorado!, toda.
Abarcaste en el amanecer la necesidad de mis colores.
¡Así, reina y mujer, así, yo te he visto!
Feliz en la dicha de tu buenaventura,
esplendorosa en tus horas de fortuna.
Soberbia en la belleza que iluminas,
generosa en las maternas esperanzas.
Hoy estás en la ambigüedad del Sol,
en el crepuscular insomnio de la vida que te lleva;
en la culminación de mí,
no de las estrellas plenas que te elevan.
¡Ay, mujer, mujer, tanto sabes lo que guardo!,
lo que he olvidado de ti… en el presente y el pasado.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción parcial o total a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
lunes, 29 de octubre de 2012
FRENESÍ
Para ti "Chapis".
Cada afán tuyo es forma de estar "conmigo siempre".
Gracias por todo ello.
Libre y virginal
pariendo está la noche.
Tu piel es constelación de dos
que refulge en el presente.
En lo inédito del tiempo
renace el cielo con tu cuerpo.
Manos que son aterciopelado fuego,
cobijo y claustro donde estoy contigo.
Un sendero magistral lleva… parte,
a la cumbre del silencio fuerte.
Azulado es el resplandor,
embelesada la Luna calla.
Tus ojos: aromáticas centellas,
dos luceros,
dos tormentas.
Piernas de nardo, me habitas,
trenzan las horas,
las magnificas.
Afluente de vida
y la vida ya eres.
Esparces con ansia
rumor de laureles.
¡Ah!, Tierra, Tierra, tu piel es ceniza,
el viento canta dos odas,
almas aladas que son
indómitas, pausas y rimas.
Desbordada virtud impetuosa,
¡angelicales niñas del mármol!
Cautiva, la luz palpita
tibia y blanca por tus pupilas,
mece el edén la claridad,
la llanura es infinita.
Frenética la vida
se entrega aquí;
eres plácida mujer,
mezcla de pasión y niña.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Cada afán tuyo es forma de estar "conmigo siempre".
Gracias por todo ello.
Libre y virginal
pariendo está la noche.
Tu piel es constelación de dos
que refulge en el presente.
En lo inédito del tiempo
renace el cielo con tu cuerpo.
Manos que son aterciopelado fuego,
cobijo y claustro donde estoy contigo.
Un sendero magistral lleva… parte,
a la cumbre del silencio fuerte.
Azulado es el resplandor,
embelesada la Luna calla.
Tus ojos: aromáticas centellas,
dos luceros,
dos tormentas.
Piernas de nardo, me habitas,
trenzan las horas,
las magnificas.
Afluente de vida
y la vida ya eres.
Esparces con ansia
rumor de laureles.
¡Ah!, Tierra, Tierra, tu piel es ceniza,
el viento canta dos odas,
almas aladas que son
indómitas, pausas y rimas.
Desbordada virtud impetuosa,
¡angelicales niñas del mármol!
Cautiva, la luz palpita
tibia y blanca por tus pupilas,
mece el edén la claridad,
la llanura es infinita.
Frenética la vida
se entrega aquí;
eres plácida mujer,
mezcla de pasión y niña.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
POEMA No. 60
Bajan el viento y el cielo
montados en los jazmines.
Buscan las llamas perdidas
de los veranos sin flores.
Despiertan aves silvestres
nacidas en otros sitios.
Por el caudal de los ríos
tañe el macizo de verdes lirios.
Rumor de aniversario,
el alma apacible despierta.
Está mirando la vida,
resuenan risas de fiesta.
Hojas traviesas desnudan
aromas de la memoria.
El Sol viste de anillos las piedras
mientras sollozan maternas.
El coral de las horas son ninfas primeras.
Ecos despiertan los sueños sin miedo.
Vienen perdidos, aún siguen dormidos.
Ojos de luna cansada se rinden en la batalla.
Nardos de invierno que lloran al alba
las soledades de las estrellas.
Aves silentes buscan su tiempo,
jaulas de agua que son alimento.
Fragua el rocío los pasos del llano,
y en el páramo eterno (tus ojos)
prontas raíces de olvido.
En las sienes clavadas de sombras
cuántos murmullos retumban.
Necios silencios blasfeman
cuando provocan la duda.
La niña pobre de la artemisa
hoy tiene pechos de seda.
Flechas de luces rondan
el mural de bronce fraguado
en el oscuro yunque de mi pecho.
Ellas quieren llevarse hacia el cielo
los sonidos broncos de mi silencio.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
montados en los jazmines.
Buscan las llamas perdidas
de los veranos sin flores.
Despiertan aves silvestres
nacidas en otros sitios.
Por el caudal de los ríos
tañe el macizo de verdes lirios.
Rumor de aniversario,
el alma apacible despierta.
Está mirando la vida,
resuenan risas de fiesta.
Hojas traviesas desnudan
aromas de la memoria.
El Sol viste de anillos las piedras
mientras sollozan maternas.
El coral de las horas son ninfas primeras.
Ecos despiertan los sueños sin miedo.
Vienen perdidos, aún siguen dormidos.
Ojos de luna cansada se rinden en la batalla.
Nardos de invierno que lloran al alba
las soledades de las estrellas.
Aves silentes buscan su tiempo,
jaulas de agua que son alimento.
Fragua el rocío los pasos del llano,
y en el páramo eterno (tus ojos)
prontas raíces de olvido.
En las sienes clavadas de sombras
cuántos murmullos retumban.
Necios silencios blasfeman
cuando provocan la duda.
La niña pobre de la artemisa
hoy tiene pechos de seda.
Flechas de luces rondan
el mural de bronce fraguado
en el oscuro yunque de mi pecho.
Ellas quieren llevarse hacia el cielo
los sonidos broncos de mi silencio.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 8 de agosto de 2012
ÁNGEL
Deja tus manos de cedro añorando mis pasos,
eres la novia dormida mirando los años.
Siente mi fuerza del barro forjada en tu encanto,
toma fecunda la lluvia llorada en tus brazos.
Guarda del viento solemne su canto pausado,
escucha serena el pálpito eterno del fuego callado.
Subyuga, cautiva, sí, al dominante verso del cielo,
vence la estéril malicia del mundo en tu agraciado manto.
Anda ya, camina grácil, como vid desnuda en la profunda tierra,
anuda el silencio púrpura en la cadencia nueva de tan limpias horas.
Vuela libre, hermosa, en la mañana, regala tu desnudez a mi rocío sediento,
murmura con tus albos pétalos la suave embriaguez nacida en el encanto.
Cincela a modo lento exquisitas flores blancas en tu valle, en tu aposento.
Escribe, sin pensarlo, las matutinas sílabas de tu nombre.
Rinde culto a las extrañas horas de la vida, del Sol, del hombre,
monta tu sonrisa en el vaivén de los deseados minutos cada instante.
Guárdate festiva como una oda íntima en los sueños de mi muerte,
deja el cielo abierto allá, en las noches, y dime sólo adiós, dejándome mirarte.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
eres la novia dormida mirando los años.
Siente mi fuerza del barro forjada en tu encanto,
toma fecunda la lluvia llorada en tus brazos.
Guarda del viento solemne su canto pausado,
escucha serena el pálpito eterno del fuego callado.
Subyuga, cautiva, sí, al dominante verso del cielo,
vence la estéril malicia del mundo en tu agraciado manto.
Anda ya, camina grácil, como vid desnuda en la profunda tierra,
anuda el silencio púrpura en la cadencia nueva de tan limpias horas.
Vuela libre, hermosa, en la mañana, regala tu desnudez a mi rocío sediento,
murmura con tus albos pétalos la suave embriaguez nacida en el encanto.
Cincela a modo lento exquisitas flores blancas en tu valle, en tu aposento.
Escribe, sin pensarlo, las matutinas sílabas de tu nombre.
Rinde culto a las extrañas horas de la vida, del Sol, del hombre,
monta tu sonrisa en el vaivén de los deseados minutos cada instante.
Guárdate festiva como una oda íntima en los sueños de mi muerte,
deja el cielo abierto allá, en las noches, y dime sólo adiós, dejándome mirarte.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 11 de julio de 2012
SANTUARIO
Nunca le pareció la vida tan hermosa ni tan remota la maldad.
Oscar Wilde.
El crimen de lord Arthur Savile
Capítulo III, página 25.
Me quedo solo, igual que hiedra perdida en el traspatio.
El ruido se ha marchado al miserable infierno.
Cuánto disfruto obscenamente del silencio.
Acaricio entonces la vida amplia… de los geranios. /
En la suntuosidad de las calladas horas,
mis manos inquietas ya reposan, en la nada.
Los rostros flotan sin remedio, en el recuerdo.
Viajan desbordados mis ojos al pasado. /
Relumbra el alma en libertad.
Los colibríes visten perfumados.
El mundo se contiene; curioso mira sonriente
la inminencia del verano.
La rosa dormita abrazada con la tarde púrpura de mayo. /
Suspira el viento en la avistada senda cierta
de los años ya marcados.
Muere abandonada en mis brazos la monótona sequedad de la zozobra,
y bebo yo, en lentos sorbos, cada día, cada letra, cada hora. /
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Oscar Wilde.
El crimen de lord Arthur Savile
Capítulo III, página 25.
Me quedo solo, igual que hiedra perdida en el traspatio.
El ruido se ha marchado al miserable infierno.
Cuánto disfruto obscenamente del silencio.
Acaricio entonces la vida amplia… de los geranios. /
En la suntuosidad de las calladas horas,
mis manos inquietas ya reposan, en la nada.
Los rostros flotan sin remedio, en el recuerdo.
Viajan desbordados mis ojos al pasado. /
Relumbra el alma en libertad.
Los colibríes visten perfumados.
El mundo se contiene; curioso mira sonriente
la inminencia del verano.
La rosa dormita abrazada con la tarde púrpura de mayo. /
Suspira el viento en la avistada senda cierta
de los años ya marcados.
Muere abandonada en mis brazos la monótona sequedad de la zozobra,
y bebo yo, en lentos sorbos, cada día, cada letra, cada hora. /
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
viernes, 6 de julio de 2012
Revista cultural digital el Búho.
Queridos amigos y lectores:
Tengo el enorme gusto de comunicarles que, a partir de este día 6 de julio 2012, y durante todo el mes, podrán leer cuatro de mis poemas en la prestigiada revista cultural "el Búho", dirigida magistralmente por el talentoso escritor René Avilés Fabila.
La liga para acceder es la siguiente: www.revistaelbuho.com
Saludos afectuosos.
Benjamín Torres Uballe
Tengo el enorme gusto de comunicarles que, a partir de este día 6 de julio 2012, y durante todo el mes, podrán leer cuatro de mis poemas en la prestigiada revista cultural "el Búho", dirigida magistralmente por el talentoso escritor René Avilés Fabila.
La liga para acceder es la siguiente: www.revistaelbuho.com
Saludos afectuosos.
Benjamín Torres Uballe
viernes, 29 de junio de 2012
PERFUME
Bebo lentamente el manantial
del travieso perfume de tu ondulado cuerpo.
Vivo trepidante en la espiral finita,
donde se junta el cielo, despacio, en el rejuego.
La noche se mueve a tiempo,
en el complejo eterno de tus ojos de piedra, de jade.
Henchidas de silencio estremecen, como delicado viento,
las pasiones fascinantes, los anhelos vigilantes.
Aves circundantes se agolpan impacientes,
en tu sexo.
Guardan agitadas aromas virginales, como fuego.
Y yo, te beso, te deseo, permanezco.
Largas y espesas, igual que púber arboledas,
tus piernas nacaradas me abrazan, me arrebatan.
Llueves en mí,
tu rumoroso caudal me extravía,
me estremece, me enloquece.
Claridad tanta en nuestros mundos
que tiritan los minutos,
cuando la marcha obscura
es vencida por la arrebolada luz
de tus senos que perduran.
Olas del silencio están aquí, mirando,
al igual que el Sol
la cordillera sinuosa de tu cuerpo,
y yo deambulo extraviado,
viviendo sólo para amarte.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
del travieso perfume de tu ondulado cuerpo.
Vivo trepidante en la espiral finita,
donde se junta el cielo, despacio, en el rejuego.
La noche se mueve a tiempo,
en el complejo eterno de tus ojos de piedra, de jade.
Henchidas de silencio estremecen, como delicado viento,
las pasiones fascinantes, los anhelos vigilantes.
Aves circundantes se agolpan impacientes,
en tu sexo.
Guardan agitadas aromas virginales, como fuego.
Y yo, te beso, te deseo, permanezco.
Largas y espesas, igual que púber arboledas,
tus piernas nacaradas me abrazan, me arrebatan.
Llueves en mí,
tu rumoroso caudal me extravía,
me estremece, me enloquece.
Claridad tanta en nuestros mundos
que tiritan los minutos,
cuando la marcha obscura
es vencida por la arrebolada luz
de tus senos que perduran.
Olas del silencio están aquí, mirando,
al igual que el Sol
la cordillera sinuosa de tu cuerpo,
y yo deambulo extraviado,
viviendo sólo para amarte.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 27 de junio de 2012
EN EL SILENCIO
Génesis de vida es el sonido férreo en tu silencio,
en tan delicados ojos bonitos donde te sigo viendo.
Melodía jubilosa, con voces de niña, tu corazón palpita,
apretujado, callado, en mis ansias que dominas.
Pareces una parvada de tulipanes blancos
en los sosegados y perezosos andares del alba.
Tu belleza inocultable, reina acrisolada,
se guarda a tiempo, con mis manos.
Cantas como ave ligera que, en la callada seda del regocijo, vibra,
que escondida en una concha sublime del mar recela.
Desbordantes las virtudes, con ellas juegas, señoreas, liberas;
tus lágrimas sucumben para siempre, en la noche, con la bruma.
Eres inmaculada libertad, al parpadear la sangre;
juegas feroces los instantes, en los amores nuevos de mañana y tarde.
Desatas firme los albos hilos de la tierra entonces,
y tu presencia yace aquí, en el silente espacio de mi alma joven.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
en tan delicados ojos bonitos donde te sigo viendo.
Melodía jubilosa, con voces de niña, tu corazón palpita,
apretujado, callado, en mis ansias que dominas.
Pareces una parvada de tulipanes blancos
en los sosegados y perezosos andares del alba.
Tu belleza inocultable, reina acrisolada,
se guarda a tiempo, con mis manos.
Cantas como ave ligera que, en la callada seda del regocijo, vibra,
que escondida en una concha sublime del mar recela.
Desbordantes las virtudes, con ellas juegas, señoreas, liberas;
tus lágrimas sucumben para siempre, en la noche, con la bruma.
Eres inmaculada libertad, al parpadear la sangre;
juegas feroces los instantes, en los amores nuevos de mañana y tarde.
Desatas firme los albos hilos de la tierra entonces,
y tu presencia yace aquí, en el silente espacio de mi alma joven.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
martes, 29 de mayo de 2012
RENÉ AVILÉS FABILA, EL CABALLERO
Hace algunas semanas mi editora, quien también desempeña el estoico papel de soportarme en su vida afectiva, me avisó que estaba gestionando una cita para comer con René Avilés Fabila; el propósito principal era conocer su opinión acerca de los dos libros de poesía y cuento que publiqué en 2011 y 2012.
La cita se formalizó para el 28 mayo a las dos de la tarde en el restaurant El Cardenal, en el impresionante Centro Histórico de la ciudad de México.
Llegamos puntuales, ya estaba ahí; a distancia lo observé cuidadosamente: impecablemente vestido, lucía muy elegante en ese traje azul marino. Nos saludamos cordialmente y la charla inició de inmediato. Es un conversador excepcional, de humor espléndido, agudo, y memoria envidiable.
Nos contó anécdotas memorables, de su trascendente paso por Excélsior en los años dorados del periódico, cuando dirigió “el Búho”, la espléndida sección cultural del diario, que jamás fue la misma después que René renunció en un acto de congruencia y dignidad, ante la ominosa censura que le pretendieron imponer.
Este distinguido universitario, egresado de ciencias políticas de la UNAM, nos comentó cómo en años posteriores recibió clases, entre otros, de escritores de la talla de Juan Rulfo, cuando Rulfo era ya un “monstruo” de la literatura, y también Juan José Arreola lo contó entre sus discípulos.
En tanto disfrutábamos de la comida, venían raudos temas interesantísimos, como el de la ruptura entre Octavio Paz y Carlos Fuentes, la opinión sobre Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Juan José Arreola, José Agustín, Vargas Llosa, Borges y García Márquez.
La charla transcurría placentera con este prolífico escritor, hoy sin duda referente obligado en el mundo cultural, no sólo de la capital, sino en el país entero. Inteligentemente también comentó de política, del momento actual que vive la nación en el tema electoral y social.
Es efusivo cuando se refiere a la ciudad y en particular al Centro Histórico, donde prácticamente transcurrió su infancia y juventud con la influencia de sus padres, de quienes se refiere con amor y generosidad, tal y como corresponde a su buena cuna.
Tuvo la delicadeza de comentar mis libros, y lo hizo como lo hacen los grandes: con generosidad, cuidado, pero con firmeza. Trató bien las dos ediciones, particularmente la segunda, y me sugirió algunas lecturas.
Generaciones de afortunados alumnos han pasado por las aulas con René, quien actualmente es profesor emérito de la UAM, y columnista en los diarios Excélsior y la Crónica. Y si lo anterior fuera poco, me enteré que es fundador del Museo del Escritor, donde hay originales de libros y fotos dedicados a él por “estrellas” de la literatura.
Hoy hice realidad un sueño: conocer al maestro, a ese maestro que ha dictado conferencias en París, Estados Unidos, y a quien hace años tantas veces leí en “el Búho”, pero al que nunca me atreví a enviarle lo que yo escribía en aquel entonces.
Terminamos de comer y mi "editora" nos tomó varias fotos. Definitivamente mi impresión acerca de René es la de un hombre muy inteligente, como pocos, charlista excepcional, de tremenda cultura, ¡simplemente un señorón!
Gracias, René, por tu tiempo y compartir con un modesto escritor tu talento y cultura.
Benjamín
La cita se formalizó para el 28 mayo a las dos de la tarde en el restaurant El Cardenal, en el impresionante Centro Histórico de la ciudad de México.
Llegamos puntuales, ya estaba ahí; a distancia lo observé cuidadosamente: impecablemente vestido, lucía muy elegante en ese traje azul marino. Nos saludamos cordialmente y la charla inició de inmediato. Es un conversador excepcional, de humor espléndido, agudo, y memoria envidiable.
Nos contó anécdotas memorables, de su trascendente paso por Excélsior en los años dorados del periódico, cuando dirigió “el Búho”, la espléndida sección cultural del diario, que jamás fue la misma después que René renunció en un acto de congruencia y dignidad, ante la ominosa censura que le pretendieron imponer.
Este distinguido universitario, egresado de ciencias políticas de la UNAM, nos comentó cómo en años posteriores recibió clases, entre otros, de escritores de la talla de Juan Rulfo, cuando Rulfo era ya un “monstruo” de la literatura, y también Juan José Arreola lo contó entre sus discípulos.
En tanto disfrutábamos de la comida, venían raudos temas interesantísimos, como el de la ruptura entre Octavio Paz y Carlos Fuentes, la opinión sobre Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Juan José Arreola, José Agustín, Vargas Llosa, Borges y García Márquez.
La charla transcurría placentera con este prolífico escritor, hoy sin duda referente obligado en el mundo cultural, no sólo de la capital, sino en el país entero. Inteligentemente también comentó de política, del momento actual que vive la nación en el tema electoral y social.
Es efusivo cuando se refiere a la ciudad y en particular al Centro Histórico, donde prácticamente transcurrió su infancia y juventud con la influencia de sus padres, de quienes se refiere con amor y generosidad, tal y como corresponde a su buena cuna.
Tuvo la delicadeza de comentar mis libros, y lo hizo como lo hacen los grandes: con generosidad, cuidado, pero con firmeza. Trató bien las dos ediciones, particularmente la segunda, y me sugirió algunas lecturas.
Generaciones de afortunados alumnos han pasado por las aulas con René, quien actualmente es profesor emérito de la UAM, y columnista en los diarios Excélsior y la Crónica. Y si lo anterior fuera poco, me enteré que es fundador del Museo del Escritor, donde hay originales de libros y fotos dedicados a él por “estrellas” de la literatura.
Hoy hice realidad un sueño: conocer al maestro, a ese maestro que ha dictado conferencias en París, Estados Unidos, y a quien hace años tantas veces leí en “el Búho”, pero al que nunca me atreví a enviarle lo que yo escribía en aquel entonces.
Terminamos de comer y mi "editora" nos tomó varias fotos. Definitivamente mi impresión acerca de René es la de un hombre muy inteligente, como pocos, charlista excepcional, de tremenda cultura, ¡simplemente un señorón!
Gracias, René, por tu tiempo y compartir con un modesto escritor tu talento y cultura.
Benjamín
jueves, 10 de mayo de 2012
30 de abril, ¿el Día del Niño?
Con amor para Amaranta, Pao, Tony, Irra, Nata, Mónica, Diana.
En días recientes, el jefe de gobierno de la ciudad de México declaró durante un evento: “ la sociedad mexicana también discrimina a los niños”, esto lo sabemos todos en nuestro país, no es nada nuevo; lo interesante de tal declaración-aceptación radica en que la haga un político.
Indio, negro, chaparro, gordo, flaco, burro, pobre, naco, granoso, maricón, ñoño; son algunas de las “florituras” con las cuales “calificamos” a los niños dentro del propio seno familiar, la escuela, el barrio o las calles. La intolerancia del mexicano (existen excepciones, aclaro) hacia sus hermanos de raza es “generosamente” ofensiva y humillante; en la mayoría de los casos es, ahí sí, “rápida y expedita”.
El mexicano, que, en otros casos, tiene la bien ganada fama de hospitalario, solidario, creativo, es decir, simple y llanamente de buena persona, muestra en aquella manifestación de su conducta la parte más obscura de su comportamiento; pareciera que complejos y traumas aguardan a flor de piel.
Pero esa perversidad alcanza dimensiones infinitas cuando de los llamados “niños de la calle” se trata. No hace mucho escuché, en un lujoso centro comercial al norte de la ciudad, a una adolescente como de unos 16 años, de apariencia potentada, comentarle a su madre, “mira, ma', esa pordiosera, que asco, uf, y lo peor, o sea, sus tenis no combinan con los jeans, de plano que mal gusto, ¿eh?”. La pordiosera a la que se refería era una niña de unos 14 años, vendiendo flores.
La frivolidad e intolerancia, sin embargo, no se generan de manera espontánea; surgen al trastocar los valores y el respeto desde que somos niños, en la familia. Aquí no sólo son inaceptables, moral y éticamente, tales conductas, sino absolutamente reprobables y condenables.
Los estereotipos que nuestra sociedad diseña y acepta actualmente son comprados ilusamente por muchos jóvenes y adultos; ser o parecer: “güerito”, “alto”, “delgado”, “rico”, usar el modelo más reciente de teléfono inteligente, lo cual no necesariamente es malo; se convierte en ignominioso cuando tales “virtudes y cualidades” se transforman en parte de un uniforme de guerra para ofender y lastimar a los demás a través de la discriminación.
Es responsabilidad ineludible de la sociedad mexicana, en conjunto, corregir y redirigir el camino mediante el cual debemos educar y reintegrar a los niños a los valores fundamentales de respeto, tolerancia y aceptación hacia los demás, ésa es la semilla que como nación cosecharemos en el futuro. De poco o nada nos servirán el día de mañana los lamentos si no somos capaces de escuchar los lastimosos, hirientes y tristes adjetivos que se convierten también en severas voces de advertencia, mediante los que cotidianamente hacemos escarnio y discriminamos a nuestros niños, convirtiéndolos a su vez en consumados y perfectos discriminadores.
Sin embargo, en este día me congratulo, y debo así manifestarlo y reconocerlo, por todos los niños que afortunadamente no entran en la zona terrorífica de la bestia de la discriminación; mi felicitación a todos ellos y a los corresponsables, en la familia, escuela y entorno social.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 9 de mayo de 2012
MARITA
In Memoriam.
Duermes todas las horas del universo,
eres capullo bendito, reposo de ensueño.
Naturaleza sublime, espléndida besas mis sentidos.
Letras escritas al Sol por tus fatigadas manos,
ramas morenas de Dios, labriegas, de hermanos.
Vida y brisa en la armonía plena del alma mirando.
Luces ahí: hermosa, pausada, en paz; mis ojos aún llorando.
Amas las flores sin nombres, todas te siguen amando
gorriones y colibríes, al alba te esperan cantando.
Mirarte allá, en el colorido verbo de los tiempos
en la fascinada espera del encuentro,
me torna relámpago, el tornasol de tu recuerdo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Duermes todas las horas del universo,
eres capullo bendito, reposo de ensueño.
Naturaleza sublime, espléndida besas mis sentidos.
Letras escritas al Sol por tus fatigadas manos,
ramas morenas de Dios, labriegas, de hermanos.
Vida y brisa en la armonía plena del alma mirando.
Luces ahí: hermosa, pausada, en paz; mis ojos aún llorando.
Amas las flores sin nombres, todas te siguen amando
gorriones y colibríes, al alba te esperan cantando.
Mirarte allá, en el colorido verbo de los tiempos
en la fascinada espera del encuentro,
me torna relámpago, el tornasol de tu recuerdo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
jueves, 22 de marzo de 2012
PIEL NOCTURNA
Bajo la piel longeva de la noche, camino solo… furtivo.
Mecen al viento los hijos del cielo, samaritano y preludio.
En la espesura solemne del tiempo hay unos pasos cansados.
Viajan luceros, cometas; mesura imponente, recuerdos pausados.
Las farolas danzan, como fallidos fantasmas; en los albores.
Enigmático, imperturbado, el universo es abanico meciendo colores.
Camino, mi tiempo sin prisa, sólo me importa ella… la vida.
Los pájaros son mensajeros, las estrellas señoras; la luna cautiva.
El sendero es mar, es agua de plata, caricia pronta, cauda, reproche.
Es doncella virtuosa, a las doce, en el corazón de dos… yo y la noche.
El tibio aliento quiere besarme, ocurrente, en la frente, en los ojos.
Mis manos son remolinos quietos, guerreros dormidos, soñando, de hinojos.
Tiritan las luces, llegan los disfraces; de las luciérnagas, de las gladiolas.
Cálido el aroma, envuelve en capullo el torrente que arrulla las horas.
Duermen tersas las letras nocturnas en el oído de las nubes curiosas.
Sus piernas son llanuras geométricas, la noche y sus labios, lírica, poética.
Ángeles osados, encaramados en mis hombros; retozan, hay tornaboda.
Esparcen luceros prendidos y atrevidos, en mi taciturna boca.
A espaldas de mañana, estoico, el porvenir me espera, sin amarras.
Camino sonriente, tengo argumentos, vivo sereno, osado… liberado …
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Mecen al viento los hijos del cielo, samaritano y preludio.
En la espesura solemne del tiempo hay unos pasos cansados.
Viajan luceros, cometas; mesura imponente, recuerdos pausados.
Las farolas danzan, como fallidos fantasmas; en los albores.
Enigmático, imperturbado, el universo es abanico meciendo colores.
Camino, mi tiempo sin prisa, sólo me importa ella… la vida.
Los pájaros son mensajeros, las estrellas señoras; la luna cautiva.
El sendero es mar, es agua de plata, caricia pronta, cauda, reproche.
Es doncella virtuosa, a las doce, en el corazón de dos… yo y la noche.
El tibio aliento quiere besarme, ocurrente, en la frente, en los ojos.
Mis manos son remolinos quietos, guerreros dormidos, soñando, de hinojos.
Tiritan las luces, llegan los disfraces; de las luciérnagas, de las gladiolas.
Cálido el aroma, envuelve en capullo el torrente que arrulla las horas.
Duermen tersas las letras nocturnas en el oído de las nubes curiosas.
Sus piernas son llanuras geométricas, la noche y sus labios, lírica, poética.
Ángeles osados, encaramados en mis hombros; retozan, hay tornaboda.
Esparcen luceros prendidos y atrevidos, en mi taciturna boca.
A espaldas de mañana, estoico, el porvenir me espera, sin amarras.
Camino sonriente, tengo argumentos, vivo sereno, osado… liberado …
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
domingo, 4 de marzo de 2012
EL OLVIDO
Para Juanito y todos los años de su equipaje.
Es la noche del alma ausente,
moribunda y triste, en girones (inexistente).
Abismo que abraza el infierno,
en la negrura brutal de sus ojos perdidos,
vencidos, como parias, sin caminos, sin vidas.
Las manos, desesperanza rastrera, hiedra cortante.
Áspera piel sentida, llanto suplicante, errante.
Sordos y mudos, todos; miseria llorada en la sangre.
Taciturno el tiempo se agolpa en el agónico silencio.
Presteza que olvida, el espejismo, la vida, el esplendor,
viento interminable, ramillete inconsolado, espacio silente.
Es lo triste, lo aciago, la pena; es el hombre… llorado, olvidado.
Desventura en el andar gastado: de la luna, del dolor, de Dios.
Perversas horas de ilusión, aprendizaje innecesario.
Vano el corazón del páramo vivido, tristeza, pena, trituración.
Es el hombre, arrumbado, defenestrado, muerto… en el olvido.
Llegan puntuales las aves de mayo en su carruaje dolido;
son mudas, alas atadas; difuminadas horas perdidas.
Apura una tumba, inmensidad que aclama;
conciencias que dudan, maleadas, forjadas.
Almendro, ¿dónde estás?, mi alma dice que engañas.
Contemplación, mortaja abandonada, tu alma ajada con vida, vaga.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Es la noche del alma ausente,
moribunda y triste, en girones (inexistente).
Abismo que abraza el infierno,
en la negrura brutal de sus ojos perdidos,
vencidos, como parias, sin caminos, sin vidas.
Las manos, desesperanza rastrera, hiedra cortante.
Áspera piel sentida, llanto suplicante, errante.
Sordos y mudos, todos; miseria llorada en la sangre.
Taciturno el tiempo se agolpa en el agónico silencio.
Presteza que olvida, el espejismo, la vida, el esplendor,
viento interminable, ramillete inconsolado, espacio silente.
Es lo triste, lo aciago, la pena; es el hombre… llorado, olvidado.
Desventura en el andar gastado: de la luna, del dolor, de Dios.
Perversas horas de ilusión, aprendizaje innecesario.
Vano el corazón del páramo vivido, tristeza, pena, trituración.
Es el hombre, arrumbado, defenestrado, muerto… en el olvido.
Llegan puntuales las aves de mayo en su carruaje dolido;
son mudas, alas atadas; difuminadas horas perdidas.
Apura una tumba, inmensidad que aclama;
conciencias que dudan, maleadas, forjadas.
Almendro, ¿dónde estás?, mi alma dice que engañas.
Contemplación, mortaja abandonada, tu alma ajada con vida, vaga.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
martes, 21 de febrero de 2012
SENSACIONES
En la sonoridad del gran silencio viven;
los amantes convergen, en el ser, en el querer.
Palpitan las sensaciones de sus almas, en las sombras, en las auroras.
Se comen deseosos, ansiosos, a besos;
estremecen, rendidos florecen.
Incontrolados, son cauces de sus vidas;
álamos pariendo a impulsos nuevos.
Perdidos, solos, en el llano infinito de sus trenzados cuerpos.
Así renacen, viven.
¡Ah!, los amantes: se buscan, se encuentran, se pierden... reverdecen en su follaje.
Eternizadas noches, delirio.
Pausas interminadas, claros y sombras, sí, permanecen nunca se han ido.
Ninguna dicotomía, son raíces singulares. Breve dilema, cantan sus manos.
Ellos: cielo, infierno, llanto, risa, nada;
en lo extraño del amor, confluye todo.
Rendidos sucumben en la planicie voraz de la vida, de sus sexos, de su tiempo.
Los amantes son nuevos y viejos, eros y juegos, sueños inmersos.
Los amantes, los besos, los tiempos; sus ojos, sus manos, son otra vez, cielo e infierno.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
los amantes convergen, en el ser, en el querer.
Palpitan las sensaciones de sus almas, en las sombras, en las auroras.
Se comen deseosos, ansiosos, a besos;
estremecen, rendidos florecen.
Incontrolados, son cauces de sus vidas;
álamos pariendo a impulsos nuevos.
Perdidos, solos, en el llano infinito de sus trenzados cuerpos.
Así renacen, viven.
¡Ah!, los amantes: se buscan, se encuentran, se pierden... reverdecen en su follaje.
Eternizadas noches, delirio.
Pausas interminadas, claros y sombras, sí, permanecen nunca se han ido.
Ninguna dicotomía, son raíces singulares. Breve dilema, cantan sus manos.
Ellos: cielo, infierno, llanto, risa, nada;
en lo extraño del amor, confluye todo.
Rendidos sucumben en la planicie voraz de la vida, de sus sexos, de su tiempo.
Los amantes son nuevos y viejos, eros y juegos, sueños inmersos.
Los amantes, los besos, los tiempos; sus ojos, sus manos, son otra vez, cielo e infierno.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
jueves, 16 de febrero de 2012
LA MAGNOLIA
Cuando te vas, libre, vestida con el alma,
con el arrullo fino de los cantos, la vida clama.
Tu inexistencia triste me destroza, me rebasa.
Tantas dudas tuyas me desbordan, me abalanzan.
En el desapego de mis yerros permanezco.
En el alfabeto de lo necio no lo intento.
Labriego fatigado soy en la vendimia de tu cuerpo.
Labios sedientos de amor; labor pronta que he colmado.
Veleidad en vuestras voces, en las lunas, en los soles.
Vaciedad mirar atrás, es ingenuidad total, asedio a lo posible.
En el abatido sentimiento, sin mácula, mi recuerdo a tu recuerdo.
En el abrigo de tus ojos, de tus manos, desarraigo el absentismo.
Miro el desazón, el desasosiego, la damnación, cuando te has marchado.
Mágica sin embargo tu ausencia... en la inmensidad de la magnolia nuestra.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
con el arrullo fino de los cantos, la vida clama.
Tu inexistencia triste me destroza, me rebasa.
Tantas dudas tuyas me desbordan, me abalanzan.
En el desapego de mis yerros permanezco.
En el alfabeto de lo necio no lo intento.
Labriego fatigado soy en la vendimia de tu cuerpo.
Labios sedientos de amor; labor pronta que he colmado.
Veleidad en vuestras voces, en las lunas, en los soles.
Vaciedad mirar atrás, es ingenuidad total, asedio a lo posible.
En el abatido sentimiento, sin mácula, mi recuerdo a tu recuerdo.
En el abrigo de tus ojos, de tus manos, desarraigo el absentismo.
Miro el desazón, el desasosiego, la damnación, cuando te has marchado.
Mágica sin embargo tu ausencia... en la inmensidad de la magnolia nuestra.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
OLAS
Callada, imponente. Luminosa rompes la mañana.
Al igual que olas vencidas, en la tregua de tu mar, preciso amarte.
Serena descansas, me atrevo a tocarte con el alma en ristre.
Mis besos devoran tu cuerpo, soy explosión, quiero vivirte.
Laureles ciñen tulipanes del recuerdo; tus horas ciertas para siempre.
Todo es verde en este valle; reina aquí la placidez, no quiero ni marcharme.
Guardas mis ojos en los tuyos, soy lágrima olvidada. Soy aquí en tu morada.
Deja en el crisol pausado, tiempo exacto a nuestras manos.
En tu cálido fulgor, converge el paso de los años.
Tantas huellas de sol, de luz, de tardes, de las noches... estrelladas.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Al igual que olas vencidas, en la tregua de tu mar, preciso amarte.
Serena descansas, me atrevo a tocarte con el alma en ristre.
Mis besos devoran tu cuerpo, soy explosión, quiero vivirte.
Laureles ciñen tulipanes del recuerdo; tus horas ciertas para siempre.
Todo es verde en este valle; reina aquí la placidez, no quiero ni marcharme.
Guardas mis ojos en los tuyos, soy lágrima olvidada. Soy aquí en tu morada.
Deja en el crisol pausado, tiempo exacto a nuestras manos.
En tu cálido fulgor, converge el paso de los años.
Tantas huellas de sol, de luz, de tardes, de las noches... estrelladas.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
RUISEÑOR
En las noches no soy... me voy... puntual.
Me despojo del fastidio, de este cuerpo ruidoso, estorboso.
Viajo asido de las alas del ruiseñor nocturno,
desboco ya en el enigma del mar de escasos sueños.
Soy húmedo dolor cautivo, incontinuada flor, sonoros mis latidos.
Llegan las voces, apuran, se marchan; las quiebro y me rompo.
Vueltas más vueltas, son lo que no quiero; espacios, palabras, todo el silencio.
En las noches soy también como ermitaño,
juego desnudo con las estrellas, con el alma, con el permutar del ansia entera.
Arriba soy fuego, anfitrión de lo perdido; en mi cama absurdo juego comodino.
Juglar es mi disfraz en las sombras juguetonas del final de mi existencia.
En las noches ya no estoy... me quedo en la imponencia plena de los sueños.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
Me despojo del fastidio, de este cuerpo ruidoso, estorboso.
Viajo asido de las alas del ruiseñor nocturno,
desboco ya en el enigma del mar de escasos sueños.
Soy húmedo dolor cautivo, incontinuada flor, sonoros mis latidos.
Llegan las voces, apuran, se marchan; las quiebro y me rompo.
Vueltas más vueltas, son lo que no quiero; espacios, palabras, todo el silencio.
En las noches soy también como ermitaño,
juego desnudo con las estrellas, con el alma, con el permutar del ansia entera.
Arriba soy fuego, anfitrión de lo perdido; en mi cama absurdo juego comodino.
Juglar es mi disfraz en las sombras juguetonas del final de mi existencia.
En las noches ya no estoy... me quedo en la imponencia plena de los sueños.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 15 de febrero de 2012
LABERINTO
Blancos muslos de luna,
en el laberinto de tu tarde, cautivos yacen perdidos.
Se embriagan presuntuosos en mi boca, en las horas (vividas).
Cabello de trigo soleado, extasiado, anclas mis manos a tus senos.
Ríos furiosos te cercan como al silencio las ansias plenas.
En el claustro de humedad, el eco de tu cuerpo solitario me provoca.
La verdad de tu belleza socava al tiempo, como la hierba.
Dame, indulgente, la paz que necesito, hoy que muero por ti.
Hoy que suave me deslizo, hoy que en tus ojos fugitivos, dócil... agonizo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
en el laberinto de tu tarde, cautivos yacen perdidos.
Se embriagan presuntuosos en mi boca, en las horas (vividas).
Cabello de trigo soleado, extasiado, anclas mis manos a tus senos.
Ríos furiosos te cercan como al silencio las ansias plenas.
En el claustro de humedad, el eco de tu cuerpo solitario me provoca.
La verdad de tu belleza socava al tiempo, como la hierba.
Dame, indulgente, la paz que necesito, hoy que muero por ti.
Hoy que suave me deslizo, hoy que en tus ojos fugitivos, dócil... agonizo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
LA SOLEDAD
La soledad es vida perdida,
manos inertes, dolidas y frías.
Horas eternas, cruzadas perdidas.
Llorar en silencio al alma vacía.
Ahogarse en veneno, morir en tormento.
Perderse en las sombras, callar los secretos.
Flagelos constantes, sumiso el momento.
Soledad, esclavitud rendida, maligna, perversa.
Es negación, ruindad; destruirse solo en el tiempo,
perder una y otra vez descarriadas batallas en miedo.
Corromper los ¿porqué? en pausas sombrías,
en sordidez extraviados, en los años hallarlos.
Enjuiciadora innoble, miserable te yergues,
inmisericorde, por la atrocidad de los yerros.
Soledad, en el hastío destrozas, rompes, vences;
juegas siempre a ganar, siempre humillas tú,
rejuegas indócil, asedias furtiva; es tuya la mente.
Aniquilas el color, sólo hay dolor en negro y blanco.
Miras las penas, y en el triste encono de los ojos,
en el lerdo andar, sinuosos caminos te maldicen.
Agonizas tantas marionetas inertes: en el pozo, en el fango, en el lastre.
Tu aura de maldad es viento impuro, rocío de hiel,
horas vanas, noches y mañanas álgidas, amargadas.
Soledad, eres luto y encuentro, saldo pendiente a quien debe,
cruel ejecutor puntual; presente que nos hiere, en el alma,
ahí, donde es verdad que duele, hoy... quizás... por siempre.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
manos inertes, dolidas y frías.
Horas eternas, cruzadas perdidas.
Llorar en silencio al alma vacía.
Ahogarse en veneno, morir en tormento.
Perderse en las sombras, callar los secretos.
Flagelos constantes, sumiso el momento.
Soledad, esclavitud rendida, maligna, perversa.
Es negación, ruindad; destruirse solo en el tiempo,
perder una y otra vez descarriadas batallas en miedo.
Corromper los ¿porqué? en pausas sombrías,
en sordidez extraviados, en los años hallarlos.
Enjuiciadora innoble, miserable te yergues,
inmisericorde, por la atrocidad de los yerros.
Soledad, en el hastío destrozas, rompes, vences;
juegas siempre a ganar, siempre humillas tú,
rejuegas indócil, asedias furtiva; es tuya la mente.
Aniquilas el color, sólo hay dolor en negro y blanco.
Miras las penas, y en el triste encono de los ojos,
en el lerdo andar, sinuosos caminos te maldicen.
Agonizas tantas marionetas inertes: en el pozo, en el fango, en el lastre.
Tu aura de maldad es viento impuro, rocío de hiel,
horas vanas, noches y mañanas álgidas, amargadas.
Soledad, eres luto y encuentro, saldo pendiente a quien debe,
cruel ejecutor puntual; presente que nos hiere, en el alma,
ahí, donde es verdad que duele, hoy... quizás... por siempre.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
CARACOLAS
Estoy enamorado. Mis ojos me delatan.
Son caracolas festivas en la noche.
Mi corazón, perpetuo yo, llamándote.
Mi voz es arco presto del guerrero; buscándote, flechándote.
Estoy enamorado. La espera me delata.
En el inacabado viaje de las nubes, cambio el cielo por tu nombre.
En tu cabello ondulan fragmentadas, en ingenuidad, pausadas horas;
son luciérnagas de abril, doncellas desposadas, las horas, las horas...
Tus manos quietas en mi alma, la reposan, la apacientan.
Estoy enamorado. Eres amor, eres preámbulo y epílogo.
Tierra entera, libertad y ansiedad. Tu cuerpo escribo con mi espera.
Estoy enamorado... me gustaría que lo supieras...
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Son caracolas festivas en la noche.
Mi corazón, perpetuo yo, llamándote.
Mi voz es arco presto del guerrero; buscándote, flechándote.
Estoy enamorado. La espera me delata.
En el inacabado viaje de las nubes, cambio el cielo por tu nombre.
En tu cabello ondulan fragmentadas, en ingenuidad, pausadas horas;
son luciérnagas de abril, doncellas desposadas, las horas, las horas...
Tus manos quietas en mi alma, la reposan, la apacientan.
Estoy enamorado. Eres amor, eres preámbulo y epílogo.
Tierra entera, libertad y ansiedad. Tu cuerpo escribo con mi espera.
Estoy enamorado... me gustaría que lo supieras...
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
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