Después que ya te has ido
el silencio me envolvió,
y entre sombras de pesares
la tristeza me tocó.
Después que te marchaste
ningún cuerpo se miró
en mi espejo de emociones
porque nada reflejó.
Pronto olvido tus enfados,
infantiles sin razón,
los que viven siempre olvidan,
se subliman al amor.
Ya las horas se dilatan
en absurda y gris espera,
son fulgor, me desespero,
tu recuerdo es alborada.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario