martes, 6 de septiembre de 2011

RITUAL

Cuento

La intensidad del ruido que producen los automóviles fuera de nuestro departamento, allá en la calle, va en aumento a pesar de que en las ventanas instalamos hace meses, el sistema de vidrios dobles; no puedo ya dormir cómodamente, pero continúo con los ojos cerrados, estimo que son alrededor de las 6 de la mañana y la alarma del reloj sonará media hora después, aún está obscuro en este jueves laboral de finales de otoño, el frío es severo, así que dejar la cama cuesta más trabajo de lo habitual.

¡No por favor! La alarma como loca de atar estalla en ese taladrante ruidillo, francamente lo alucino, un buen día arrojaré por la ventana esa derivación maquiavélica de Chronos; entonces sucede lo de siempre, ella se despierta y de
inmediato busca mi mano, la abrazo delicadamente por el cuello y nos quedamos unos minutos más somnolientos, la miro y la admiro, ¡qué linda es!, para decirlo con absoluta franqueza, me saqué el premio mayor en esta lotería del amor y en el juego oficial llamado vida.

Debo llegar al trabajo a las 8:00 a.m. igual que ella; pero después de mirarnos como tórtolos por muchos minutos, sabemos que la puntualidad hoy no estará presente en el inicio de nuestras actividades laborales, lo cual no tiene mayor repercusión, privilegios que nuestros niveles jerárquicos permiten de vez en cuando.

Fuera pijamas, al pequeño cuarto de baño no le cabe una partícula más de vapor, el agua caliente es una caricia placentera, igual que sus manos, sus brazos, sus besos; en tanto pasa el estropajo por mi cuerpo, me dice -Te Amo- con esos ojazos verdes de ensueño, enamorados, y entre kilos de espuma termina por volverme loco, de olvidar el mundo, de vivir por ella y para ella.

Me visto, en quince minutos estoy listo; traje azul marino, camisa blanca con mis iniciales bordadas, corbata guinda, y su aroma, sí su aroma, el perfume que me regaló en mi pasado cumpleaños “Bleu de Chanel” me fascina, huelo a ella todo el día. Definitivamente sé que no estoy enamorado, ¡Estoy completamente perdido por ella!

Ahora permanezco sentado embelesado mirándola como se viste y arregla, tarda y me desespero, pero bien vale la pena, al final se ve impresionante en ese traje sastre gris perla, me encanta su elegancia, su clase; después de su cara tan bonita y su cabello rubio, es lo que más me atrae de ella.

Ambos preparamos el desayuno, en tanto, nos reímos de cualquier ocurrencia como bobos, como dos bárbaros enamorados; café, yogurt, huevos con jamón, pan integral tostado, y risa ininterrumpida cuando bebo leche directamente del envase y me dice que no niego mi humilde origen ni el código postal.

Descendemos por el elevador los cuatro pisos hasta el estacionamiento; me persigna antes de abordar su auto, nos besamos suavecito en la boca, espero que gire a la derecha en la esquina, y entonces salgo en el mío, coloco el CD de Andrea Bocelli que ella me regaló cuando cumplimos un año de vivir juntos ; “Por ti volaré” es mi favorita y cómo no, si esta mujer, mi mujer, hace un buen rato que me trae volando por todos lados, a cualquier hora… en cualquier lugar… en nuestro ritual.


Autor: Benjamìn Torres Uballe; prohibida la reproducciòn total o parcial a travès de cualquier medio con fines de lucro sin la autorizaciòn por escrito del autor.

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