El silencio redobla aquí, solitario y roto,
como canto perdido del cielo mudo.
Han muerto las horas que estaban cautivas.
Los gritos del alma son lágrimas vivas y oscuras.
El ánima guarda en su vuelo posada de invierno.
Flores cansadas dilatan su tiempo, inertes, vencidas.
Con prisa marchan las sombras; quieren estar solas.
Dos manos sedientas agrietan los años.
(Trémulo y viejo alguien muere en las borrascas)
Ojos ciegos del Sol, cobrizos y derrotados,
les duelen las noches vencidas de sus hermanos.
Arde la pira hambrienta de los callados;
ceniza de sangre implora en el escarnio.
Locos en la tarde roja lloran los hombres, al infrahumano
más huellas se pierden en la ceniza del barro.
Inmensidad es la insondable ciénaga de la desesperanza,
tósigo el canto efímero de números y letras.
Anda, en el andar perdido. Odio, marchita flor de sangre.
En la aridez, el pensamiento fallece;
es vano e impuro, alarde en torrente.
¡Ay, las flores, los cantos, las tardes, las risas!
Los niños, el viento… yo mismo, ¡ay, la vida!
Perdida en lamentos, llorada sin duelos.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Benjamín Torres Uballe. Ciudad de México. Escritor de poesía y cuento. Ha publicado dos poemarios. Es colaborador de la revista cultural "El Búho" www.revistaelbuho.com. También es articulista del portal de noticias www.ferriz.com.mx. Bienvenidos.
jueves, 28 de febrero de 2013
LOS DEMONIOS DE LA CORTE
Artículo.
La semana pasada, don Alejandro Martí, presidente de México SOS, volvió a “restregar” en las conciencias de los respetables e intachables ministros de la Suprema Corte su actuar sesgado en el caso de la secuestradora Florence Cassez, lo cual sentó un precedente que, además de inmoral, es terriblemente peligroso. Sucede que ahora uno de los secuestradores de Pedro Galindo, esposo de María Elena Morera -la presidenta de Causa en Común-, después de doce años de juicio se amparó “porque le violaron sus garantías”, de acuerdo con lo dicho por su abogado.
Vía Twitter, el señor Martí señaló: “Le violaron sus garantías”, ¡después de 12 años del juicio…! según su abogado. Se abrió la posibilidad! Gracias, Suprema Corte de Justicia!” “Habrá que preguntarle a los ministros Olga Sánchez Cordero, Arturo Zaldívar, y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, su opinión sobre los demonios que desataron” (sic). Esto en relación directa con el fallo de los ministros mencionados, y que tuvo como consecuencia la liberación de la delincuente francesa.
El efecto Cassez, tal como lo advirtieron especialistas en derecho y diversos sectores de la sociedad, ha iniciado su secuela de perversión. El comienzo de la pesadilla se da con el amparo interpuesto por el mencionado secuestrador Pedro Sánchez González. ¿Cuántos casos más se vislumbran en este absurdo jurídico detonado por la Corte Suprema de nuestro país?
Sucede que en México, las víctimas del hampa no sólo viven bajo la angustia e indefensión total provocada por tales granujas, sino en la opacidad, corrupción e ineficacia de las autoridades judiciales. La señora Morera aseguró que la acción del mencionado secuestrador vino después del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de la criminal francesa.
Ha transcurrido un mes desde la cuestionada decisión de los ministros, y la pregunta es: ¿habrán tenido ya el tiempo suficiente para reflexionar acerca de su lamentable resolución? ¿Estarán conscientes del nefasto e incendiario antecedente que colocaron en la justicia mexicana?
La respuesta es obvia y la conocemos perfectamente los mexicanos, sin embargo, ésta no puede inscribirse dentro del espíritu del buen actuar y la esencia de la justicia. La realidad de los hechos, como consecuencia del deleznable ejercicio del servicio público, es contundente e irrefutable: simplemente se ubican en el deterioro y regresión de la aplicación de la justicia en el país.
Es muy probable que las críticas y condenas de los mexicanos a los insignes señores de la Corte que votaron a favor de la liberación de la tristemente célebre ciudadana gala poco les importe. Viven en un mundo totalmente diferente al de la gran mayoría de los mexicanos. En una burbuja que los mantiene alejados de la realidad cotidiana de millones de sus compatriotas. Tienen asignados sueldos y prestaciones que les permiten mirar despectivamente a la ley sobre el hombro.
A pesar del reciente espaldarazo que el pasado día 19 le dio la devaluada organización Human Rights Watch, al reconocer el “trabajo” de la SCJN en favor del debido proceso penal y la protección a los derechos humanos, el desprestigio sigue ahí. El reconocimiento que otorgan esos mercenarios de los derechos humanos es absolutamente irrelevante al carecer de autoridad moral. Más aún, el Índice de Percepción de la Corrupción en el Sector Público 2012, publicado en su portal web por Transparencia Internacional, informa de la realidad: México ocupa el lugar 105 en 176 países alrededor del mundo, donde 1 es el menos corrupto y el 176 muy corrupto.
La tan cacareada aplicación de la justicia se ha quedado en eso, y ha dejado a su paso una vez más el reguero de tropelía y parcialidad. Así que sólo nos queda desearles buena suerte y mucho dinero a la señora Morera y su esposo para que enfrenten con probabilidad de éxito la batalla legal que están librando estoicamente contra la banda criminal, y en especial al hampón que recién se amparó y quien pretende un “amparo VIP tipo Cassez”. Esperaremos para saber qué instrucciones recibe la Corte.
MORELOS: LA RIFA DEL TIGRE.
Cuando Graco Ramírez tomó posesión el pasado mes de octubre como gobernador del estado de Morelos, seguramente conocía el alarmante nivel de violencia imperante y la complejidad para darle solución.
Hoy los hechos parecen haber rebasado la capacidad de respuesta del gobernador, y ponen en duda si realmente tiene y ejerce el poder para gobernar. Las preguntas surgen luego de la “confusión” por parte de la policía estatal, en la cual atacaron y balearon el convoy donde viajaba el procurador morelense, “accidente” en el que murieron tres de los escoltas del procurador.
A los pocos días, unos sujetos pretendieron “coincidentemente” robar la camioneta del padre del procurador; las autoridades dijeron que se trató de un simple intento de robo de automóvil.
La semana pasada un comando irrumpió en una fiesta de alumnos -al parecer de la UNAM-, hiriendo a tres de ellos y robando al menos tres autos, dinero, celulares, más diversas pertenencias. La Policía Preventiva de Cuernavaca arribó al lugar una hora después del ilícito, así lo admitió el secretario de Seguridad Municipal, Víctor Hugo Valdés, quien culpó a la Secretaría de Seguridad Pública por no haberle avisado al momento de los hechos a través del C4.
En justificaciones y cuidarse se le va el tiempo a Graco Ramírez. En tanto, la erosión de la seguridad en el alguna vez apacible Morelos avanza inexorablemente. Por lo pronto, el pasado día 19, por primera vez admitió en Cuautla que ante el clima de inseguridad y violencia que se vive en el estado ha tenido que realizar reajustes en la estrategia de seguridad. Para complicar el panorama, ya empiezan a plantarse en el futuro del mandatario perredista algunos grupos de “autodefensa” en ciertas regiones de Morelos. ¿Soportará la presión de las manos que mecen la cuna? Esperaremos para ver de qué está hecho el señor gobernador.
STATU QUO POLÍTICO.
Vaya estate-quieto que le asestó Manlio Fabio Beltrones al tránsfuga gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, en respuesta a las declaraciones de éste en el sentido de que Beltrones “es un represor” y “hay que ver de dónde viene”. El coordinador de los diputados priistas no se anduvo con medias tintas, y de manera lapidaria contestó: “Yo no personalizo ninguna discusión. Primero me voy a enterar si estaba sobrio, para saber en qué condiciones pudo emitir una declaración tan irresponsable”. ¿Qué le parece, amigo lector, el nivel de la política en el país?
CULTURA.
La Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en su edición XXXIV, es una magnífica opción para este fin de semana en la ciudad de México. Ofrece una generosa variedad de eventos culturales. Estado invitado: Quintana Roo. La sede es el Palacio de Minería, en Tacuba No. 5, Centro Histórico. Admisión general $20.00; estudiantes, maestros e INAPAM $15.00. Estará abierta hasta el 4 de marzo de 2013.
@BTU15
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
La semana pasada, don Alejandro Martí, presidente de México SOS, volvió a “restregar” en las conciencias de los respetables e intachables ministros de la Suprema Corte su actuar sesgado en el caso de la secuestradora Florence Cassez, lo cual sentó un precedente que, además de inmoral, es terriblemente peligroso. Sucede que ahora uno de los secuestradores de Pedro Galindo, esposo de María Elena Morera -la presidenta de Causa en Común-, después de doce años de juicio se amparó “porque le violaron sus garantías”, de acuerdo con lo dicho por su abogado.
Vía Twitter, el señor Martí señaló: “Le violaron sus garantías”, ¡después de 12 años del juicio…! según su abogado. Se abrió la posibilidad! Gracias, Suprema Corte de Justicia!” “Habrá que preguntarle a los ministros Olga Sánchez Cordero, Arturo Zaldívar, y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, su opinión sobre los demonios que desataron” (sic). Esto en relación directa con el fallo de los ministros mencionados, y que tuvo como consecuencia la liberación de la delincuente francesa.
El efecto Cassez, tal como lo advirtieron especialistas en derecho y diversos sectores de la sociedad, ha iniciado su secuela de perversión. El comienzo de la pesadilla se da con el amparo interpuesto por el mencionado secuestrador Pedro Sánchez González. ¿Cuántos casos más se vislumbran en este absurdo jurídico detonado por la Corte Suprema de nuestro país?
Sucede que en México, las víctimas del hampa no sólo viven bajo la angustia e indefensión total provocada por tales granujas, sino en la opacidad, corrupción e ineficacia de las autoridades judiciales. La señora Morera aseguró que la acción del mencionado secuestrador vino después del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de la criminal francesa.
Ha transcurrido un mes desde la cuestionada decisión de los ministros, y la pregunta es: ¿habrán tenido ya el tiempo suficiente para reflexionar acerca de su lamentable resolución? ¿Estarán conscientes del nefasto e incendiario antecedente que colocaron en la justicia mexicana?
La respuesta es obvia y la conocemos perfectamente los mexicanos, sin embargo, ésta no puede inscribirse dentro del espíritu del buen actuar y la esencia de la justicia. La realidad de los hechos, como consecuencia del deleznable ejercicio del servicio público, es contundente e irrefutable: simplemente se ubican en el deterioro y regresión de la aplicación de la justicia en el país.
Es muy probable que las críticas y condenas de los mexicanos a los insignes señores de la Corte que votaron a favor de la liberación de la tristemente célebre ciudadana gala poco les importe. Viven en un mundo totalmente diferente al de la gran mayoría de los mexicanos. En una burbuja que los mantiene alejados de la realidad cotidiana de millones de sus compatriotas. Tienen asignados sueldos y prestaciones que les permiten mirar despectivamente a la ley sobre el hombro.
A pesar del reciente espaldarazo que el pasado día 19 le dio la devaluada organización Human Rights Watch, al reconocer el “trabajo” de la SCJN en favor del debido proceso penal y la protección a los derechos humanos, el desprestigio sigue ahí. El reconocimiento que otorgan esos mercenarios de los derechos humanos es absolutamente irrelevante al carecer de autoridad moral. Más aún, el Índice de Percepción de la Corrupción en el Sector Público 2012, publicado en su portal web por Transparencia Internacional, informa de la realidad: México ocupa el lugar 105 en 176 países alrededor del mundo, donde 1 es el menos corrupto y el 176 muy corrupto.
La tan cacareada aplicación de la justicia se ha quedado en eso, y ha dejado a su paso una vez más el reguero de tropelía y parcialidad. Así que sólo nos queda desearles buena suerte y mucho dinero a la señora Morera y su esposo para que enfrenten con probabilidad de éxito la batalla legal que están librando estoicamente contra la banda criminal, y en especial al hampón que recién se amparó y quien pretende un “amparo VIP tipo Cassez”. Esperaremos para saber qué instrucciones recibe la Corte.
MORELOS: LA RIFA DEL TIGRE.
Cuando Graco Ramírez tomó posesión el pasado mes de octubre como gobernador del estado de Morelos, seguramente conocía el alarmante nivel de violencia imperante y la complejidad para darle solución.
Hoy los hechos parecen haber rebasado la capacidad de respuesta del gobernador, y ponen en duda si realmente tiene y ejerce el poder para gobernar. Las preguntas surgen luego de la “confusión” por parte de la policía estatal, en la cual atacaron y balearon el convoy donde viajaba el procurador morelense, “accidente” en el que murieron tres de los escoltas del procurador.
A los pocos días, unos sujetos pretendieron “coincidentemente” robar la camioneta del padre del procurador; las autoridades dijeron que se trató de un simple intento de robo de automóvil.
La semana pasada un comando irrumpió en una fiesta de alumnos -al parecer de la UNAM-, hiriendo a tres de ellos y robando al menos tres autos, dinero, celulares, más diversas pertenencias. La Policía Preventiva de Cuernavaca arribó al lugar una hora después del ilícito, así lo admitió el secretario de Seguridad Municipal, Víctor Hugo Valdés, quien culpó a la Secretaría de Seguridad Pública por no haberle avisado al momento de los hechos a través del C4.
En justificaciones y cuidarse se le va el tiempo a Graco Ramírez. En tanto, la erosión de la seguridad en el alguna vez apacible Morelos avanza inexorablemente. Por lo pronto, el pasado día 19, por primera vez admitió en Cuautla que ante el clima de inseguridad y violencia que se vive en el estado ha tenido que realizar reajustes en la estrategia de seguridad. Para complicar el panorama, ya empiezan a plantarse en el futuro del mandatario perredista algunos grupos de “autodefensa” en ciertas regiones de Morelos. ¿Soportará la presión de las manos que mecen la cuna? Esperaremos para ver de qué está hecho el señor gobernador.
STATU QUO POLÍTICO.
Vaya estate-quieto que le asestó Manlio Fabio Beltrones al tránsfuga gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, en respuesta a las declaraciones de éste en el sentido de que Beltrones “es un represor” y “hay que ver de dónde viene”. El coordinador de los diputados priistas no se anduvo con medias tintas, y de manera lapidaria contestó: “Yo no personalizo ninguna discusión. Primero me voy a enterar si estaba sobrio, para saber en qué condiciones pudo emitir una declaración tan irresponsable”. ¿Qué le parece, amigo lector, el nivel de la política en el país?
CULTURA.
La Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en su edición XXXIV, es una magnífica opción para este fin de semana en la ciudad de México. Ofrece una generosa variedad de eventos culturales. Estado invitado: Quintana Roo. La sede es el Palacio de Minería, en Tacuba No. 5, Centro Histórico. Admisión general $20.00; estudiantes, maestros e INAPAM $15.00. Estará abierta hasta el 4 de marzo de 2013.
@BTU15
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
viernes, 22 de febrero de 2013
LAS MÁSCARAS Y CAPUCHAS DE LA IMPUNIDAD
Artículo.
En nuestro país y en el mundo han existido, desde épocas muy remotas, las máscaras y capuchas, las cuales se han usado con diversos fines: caza, guerra, religión, diversión, muerte y maldad.
Mundialmente, qué decir de las capuchas de los verdugos, o de las terroríficas usadas por los anormales y detestables miembros del Ku Klux Klan. El cine Hollywoodense también se ha ocupado del tema, películas como: La Máscara de Hierro, con Leonardo di Caprio, y La Máscara, con Jim Carrey, entre muchas, dan cuenta de la fascinación del hombre por tan polémico accesorio.
En México han sido varios los célebres usuarios de máscaras. El más popular, desde luego, el inolvidable luchador Santo, El enmascarado de Plata, y su archienemigo Blue Demon. De los recientes destacan por su popularidad La Parka y Místico.
El uso de máscaras en la república mexicana está muy arraigado en la cultura; basta visitar el Museo de Antropología e Historia o leer acerca de las diversas culturas prehispánicas para recordar cómo ocupan desde épocas distantes un lugar relevante en sus ritos de vida y muerte. Un ejemplo muy descriptivo lo vemos en la “Danza de los viejitos”, en Michoacán, o los Parachicos en Chiapa de Corzo; en ambas se entiende la relevancia de esas cubiertas.
Es precisamente en el estado chiapaneco, y ya en tiempos modernos donde fortalecen su popularidad las máscaras a través de un pariente cercano: el pasamontañas. En 1994 el Subcomandante Marcos, del EZLN, aparecía invariablemente en sus peroratas ante los medios con un pasamontañas cubriéndole el rostro.
Cuando Enrique Peña Nieto juró como Presidente de la República el pasado 1 de diciembre, una horda de vándalos causó actos de violencia que rayaron en el terrorismo; ocultaban sus rostros tras paliacates, máscaras, algunos incluso usaron máscaras antigases. Las imágenes de la barbarie pudieron ser vistas a través de la televisión e internet en la nación y en el mundo entero.
Los responsables de la violencia en el corredor Madero-Juárez, y en los alrededores de la Cámara de Diputados están en libertad, ya sea porque las autoridades no los identificaron o porque los liberaron debido a presiones e intereses políticos. En la Asamblea Legislativa prefirieron modificar inmoralmente, convenencieramente, de forma expedita la ley en la ciudad de México para solapar a los transgresores y dejarlos sin el castigo que merecían.
La sociedad mexicana continúa preguntándose dónde quedó el estado de derecho, la justicia, la obligación irrestricta de garantizar la seguridad a los habitantes de la ciudad y sus bienes. ¿Qué explicación dieron las autoridades capitalinas a todos aquellos propietarios de los muchos comercios que fueron violentados, si es que acaso la anarquía tiene explicación y justificación?
Pero las autoridades no han entendido su falla. Muestran un pavor casi patológico para aplicar decididamente la ley, y continúan tropezándose con la misma piedra de la indolencia. Ante la ineficacia del Estado en materia de seguridad, han aparecido en Guerrero y Oaxaca los llamados “Grupos de Autodefensa” y las policías comunitarias; eso sí, todos sus elementos con las caras cubiertas por capuchas o máscaras.
Y por si lo anterior fuera poco, la semana pasada “estudiantes” del CCH Naucalpan -donde por cierto las autoridades del colegio han aceptado que se distribuye droga-, después de violentos disturbios en el plantel, encabezaron la toma violenta de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades, en Ciudad Universitaria. Los “indefensos e inocentes jovencitos” escondían sus caras bajo máscaras, pañuelos y paliacates. Lo que no tuvieron fue recato alguno en demostrar el delincuencial salvajismo para apoderarse de las instalaciones universitarias, y destrozar lo que se les vino en gana, pues sabían de antemano que se movían en las turbias aguas de la creciente impunidad.
Una vez más las autoridades, tanto civiles como universitarias, faltan a su tarea de aplicar la ley en este penoso caso que se ha ganado el repudio absoluto de la comunidad universitaria. Ya ofrecieron a los pillos encapuchados retirar las denuncias levantadas en su contra por la toma de las instalaciones, amén de no ejercer represalias hacia ninguno de ellos, es decir, el mensaje que envían es el de solapar y alentar el caos mediante la impunidad.
Si negociar con delincuentes ya es ilegal y oprobioso, hacerlo con ellos cuando se esconden tras de una capucha o máscara es rehuir en definitiva al estado de derecho, es darle la bienvenida a la anarquía y a la ingobernabilidad.
Es cierto que la UNAM, a través de sus autoridades, se ha apresurado a condenar los actos porriles y a ofrecer dialogar con los rufianes disfrazados de estudiantes; pero se requiere algo más que un bonito discurso, se precisa una acción decidida, y aclaro que no hablo de represión, en absoluto, sino simplemente aplicar la ley y evitar que la impunidad siga en línea creciente.
A quienes sentimos un enorme aprecio y respeto por la UNAM nos ha dolido profundamente presenciar en los medios electrónicos ver cómo unos zánganos que se oponen al progreso educativo y cultural del país destruían el inmueble y el mobiliario, agredían cobardemente a trabajadores y estudiantes. Los costos de la destrucción al patrimonio universitario se pagarán del presupuesto que se le asigna a la universidad, es decir, de los impuestos que usted y yo pagamos con mucho esfuerzo.
México no necesita de máscaras diabólicas para ser una mejor nación. Las ideas y propuestas deben manifestarse en los cauces legales, en la libertad del debate de los individuos, de su inteligencia y de su espíritu, sí,… que por la raza mexicana hable el espíritu. Jamás la violencia.
STATU QUO POLÍTICO.
Con la asistencia del presidente Enrique Peña Nieto, el próximo lunes 18 se llevará a cabo la XLIV reunión ordinaria de la Conago, donde el gobernador de Chihuahua, César Duarte, entregará la estafeta de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Sus colegas consideran que realizó buen trabajo al frente del organismo. Ojalá que el próximo dirigente, sin importar su filiación partidista, trabaje con el mismo ahínco y en beneficio del país.
@BTU15
En nuestro país y en el mundo han existido, desde épocas muy remotas, las máscaras y capuchas, las cuales se han usado con diversos fines: caza, guerra, religión, diversión, muerte y maldad.
Mundialmente, qué decir de las capuchas de los verdugos, o de las terroríficas usadas por los anormales y detestables miembros del Ku Klux Klan. El cine Hollywoodense también se ha ocupado del tema, películas como: La Máscara de Hierro, con Leonardo di Caprio, y La Máscara, con Jim Carrey, entre muchas, dan cuenta de la fascinación del hombre por tan polémico accesorio.
En México han sido varios los célebres usuarios de máscaras. El más popular, desde luego, el inolvidable luchador Santo, El enmascarado de Plata, y su archienemigo Blue Demon. De los recientes destacan por su popularidad La Parka y Místico.
El uso de máscaras en la república mexicana está muy arraigado en la cultura; basta visitar el Museo de Antropología e Historia o leer acerca de las diversas culturas prehispánicas para recordar cómo ocupan desde épocas distantes un lugar relevante en sus ritos de vida y muerte. Un ejemplo muy descriptivo lo vemos en la “Danza de los viejitos”, en Michoacán, o los Parachicos en Chiapa de Corzo; en ambas se entiende la relevancia de esas cubiertas.
Es precisamente en el estado chiapaneco, y ya en tiempos modernos donde fortalecen su popularidad las máscaras a través de un pariente cercano: el pasamontañas. En 1994 el Subcomandante Marcos, del EZLN, aparecía invariablemente en sus peroratas ante los medios con un pasamontañas cubriéndole el rostro.
Cuando Enrique Peña Nieto juró como Presidente de la República el pasado 1 de diciembre, una horda de vándalos causó actos de violencia que rayaron en el terrorismo; ocultaban sus rostros tras paliacates, máscaras, algunos incluso usaron máscaras antigases. Las imágenes de la barbarie pudieron ser vistas a través de la televisión e internet en la nación y en el mundo entero.
Los responsables de la violencia en el corredor Madero-Juárez, y en los alrededores de la Cámara de Diputados están en libertad, ya sea porque las autoridades no los identificaron o porque los liberaron debido a presiones e intereses políticos. En la Asamblea Legislativa prefirieron modificar inmoralmente, convenencieramente, de forma expedita la ley en la ciudad de México para solapar a los transgresores y dejarlos sin el castigo que merecían.
La sociedad mexicana continúa preguntándose dónde quedó el estado de derecho, la justicia, la obligación irrestricta de garantizar la seguridad a los habitantes de la ciudad y sus bienes. ¿Qué explicación dieron las autoridades capitalinas a todos aquellos propietarios de los muchos comercios que fueron violentados, si es que acaso la anarquía tiene explicación y justificación?
Pero las autoridades no han entendido su falla. Muestran un pavor casi patológico para aplicar decididamente la ley, y continúan tropezándose con la misma piedra de la indolencia. Ante la ineficacia del Estado en materia de seguridad, han aparecido en Guerrero y Oaxaca los llamados “Grupos de Autodefensa” y las policías comunitarias; eso sí, todos sus elementos con las caras cubiertas por capuchas o máscaras.
Y por si lo anterior fuera poco, la semana pasada “estudiantes” del CCH Naucalpan -donde por cierto las autoridades del colegio han aceptado que se distribuye droga-, después de violentos disturbios en el plantel, encabezaron la toma violenta de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades, en Ciudad Universitaria. Los “indefensos e inocentes jovencitos” escondían sus caras bajo máscaras, pañuelos y paliacates. Lo que no tuvieron fue recato alguno en demostrar el delincuencial salvajismo para apoderarse de las instalaciones universitarias, y destrozar lo que se les vino en gana, pues sabían de antemano que se movían en las turbias aguas de la creciente impunidad.
Una vez más las autoridades, tanto civiles como universitarias, faltan a su tarea de aplicar la ley en este penoso caso que se ha ganado el repudio absoluto de la comunidad universitaria. Ya ofrecieron a los pillos encapuchados retirar las denuncias levantadas en su contra por la toma de las instalaciones, amén de no ejercer represalias hacia ninguno de ellos, es decir, el mensaje que envían es el de solapar y alentar el caos mediante la impunidad.
Si negociar con delincuentes ya es ilegal y oprobioso, hacerlo con ellos cuando se esconden tras de una capucha o máscara es rehuir en definitiva al estado de derecho, es darle la bienvenida a la anarquía y a la ingobernabilidad.
Es cierto que la UNAM, a través de sus autoridades, se ha apresurado a condenar los actos porriles y a ofrecer dialogar con los rufianes disfrazados de estudiantes; pero se requiere algo más que un bonito discurso, se precisa una acción decidida, y aclaro que no hablo de represión, en absoluto, sino simplemente aplicar la ley y evitar que la impunidad siga en línea creciente.
A quienes sentimos un enorme aprecio y respeto por la UNAM nos ha dolido profundamente presenciar en los medios electrónicos ver cómo unos zánganos que se oponen al progreso educativo y cultural del país destruían el inmueble y el mobiliario, agredían cobardemente a trabajadores y estudiantes. Los costos de la destrucción al patrimonio universitario se pagarán del presupuesto que se le asigna a la universidad, es decir, de los impuestos que usted y yo pagamos con mucho esfuerzo.
México no necesita de máscaras diabólicas para ser una mejor nación. Las ideas y propuestas deben manifestarse en los cauces legales, en la libertad del debate de los individuos, de su inteligencia y de su espíritu, sí,… que por la raza mexicana hable el espíritu. Jamás la violencia.
STATU QUO POLÍTICO.
Con la asistencia del presidente Enrique Peña Nieto, el próximo lunes 18 se llevará a cabo la XLIV reunión ordinaria de la Conago, donde el gobernador de Chihuahua, César Duarte, entregará la estafeta de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Sus colegas consideran que realizó buen trabajo al frente del organismo. Ojalá que el próximo dirigente, sin importar su filiación partidista, trabaje con el mismo ahínco y en beneficio del país.
@BTU15
DON LUIS WALTON ABURTO Y EL ACAPULCO VIOLENTO. (O UNAS LÁGRIMAS DE COCODRILO)
Artículo.
El nombre de “La Perla del Pacífico” definía con absoluta precisión al paradisiaco balneario mexicano cuya fama a nivel mundial era incuestionable. Entre los años 1950 y 1970 alcanzó su punto más alto de “glamour”. Los miembros del llamado jet set vacacionaban en Acapulco, contraían matrimonio, filmaban películas y algunos hasta adquirían espectaculares casas con vista a la espléndida bahía. Las estrellas mexicanas de la época contribuyeron a la exquisita fama del puerto al hacerlo su punto de reunión social. Agustín Lara fue el más “descarado”; se inspiró ahí para escribir su famosa canción “María Bonita” dedicada a la Doña.
Para el habitante de la ciudad de México era toda una aventura ir de vacaciones con la familia, o viajar para la luna de miel, y en esos años quién no se escapaba algún fin de semana con los amigos para recorrer cuanto centro nocturno fuera posible, tomarse todas las cubas libres que el cuerpo aguantara, e intentar el “ligue” con alguna “gringa” voluptuosa y calenturienta.
Eran años dorados. Estar en el famoso Acapulco era verdaderamente entrar en el paraíso, con su clima edénico, el mar seductor abrazado por sus hermosas playas, y como inigualables anfitriones, su maravillosa gente porteña, atenta, servicial y cálida.
¿Dónde quedó entonces aquel esplendoroso Acapulco, remanso de diversión sana, de apacibles caminatas por la costera, de crepúsculos interminables, de romanticismo perenne y extático para todos quienes lo visitábamos?
Desde hace varios años la violencia irrumpió, al parecer en forma definitiva, en el siempre bravo estado de Guerrero, acentuándose en años recientes con la manifestación incontenible del llamado “crimen organizado”, el cual ha regado de cadáveres, sin compasión alguna, la región, y muy dolorosamente Acapulco no ha sido la excepción. Al contrario, el pasado día 7 del mes en curso, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal AC, a través de su portal web, ubicó al otrora paraíso del Pacífico en el segundo sitio del ranking mundial de las 50 ciudades más violentas.
El hartazgo de la población guerrerense llegó al límite. En ciertas comunidades de la Costa Chica y La Montaña aparecieron desde 1995 los denominados “movimientos de autodefensa” y las “policías comunitarias”. Recientemente en El Mesón, del municipio de Ayutla de los Libres, la comunidad se erigió en tribunal popular para juzgar mediante usos y costumbres a 53 personas, es decir, harán justicia por su propia mano. Ante esto, algunas ONG y colegios de abogados ya alertaron en el sentido de que Guerrero se ha convertido en un estado fallido. Y es precisamente aquí donde puede estar una de las respuestas al declive de Acapulco. La falta de aplicación de justicia ha exacerbado a las víctimas, y en Guerrero se han encendido desde hace tiempo los focos rojos, aunque el señor gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero intente minimizar el hecho.
Un acto cobarde y despreciable sucedido la madrugada del pasado domingo 4 de febrero en un búngalo en el poblado Alfredo V. Bonfil, en la Zona Diamante de Acapulco, confirma la inseguridad: 6 turistas españolas fueron abusadas sexualmente por cinco sujetos armados. Esto es un drama tremendo y una vergüenza para el país. Sin embargo, para el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, “esto sucede en cualquier parte del mundo, no sólo en Acapulco”. Tal es la ignorancia, arrogancia y desfachatez de este insensible “político”. De nada sirvieron sus posteriores disculpas por tan desafortunada declaración.
Al ilustre señor Luis Walton Basurto le brota por todos los poros del cuerpo la necesidad inmediata para que alguno de sus colaboradores o asesores le explique minuciosamente que: la globalización no aplica en modo alguno en el deleznable delito del abuso de mujeres, es decir, que no porque suceda en cualquier parte del mundo, también debe acontecer en Acapulco. Tampoco estaría de más enterarlo del conocido adagio: “mal de muchos, consuelo de… ”, o incluso de la frase del filósofo inglés Francis Bacon: “un hombre no es sino lo que sabe”.
El Operativo Guerrero Seguro ha generado sólo resultados parciales, sin embargo, la violencia no ha sido erradicada en el estado ni en Acapulco. El cobro de piso, extorsión y secuestro son los delitos más recurrentes que caen como plaga maldita, principalmente sobre los acapulqueños.
Acapulco vive prácticamente del turismo. En la actualidad, más del nacional, pues el extranjero ha migrado a destinos como Cancún, Los Cabos y Puerto Escondido, entre otros. Los tres niveles de gobierno tienen la ineludible obligación de restaurar la seguridad en el destino de playa más popular en México. De nada sirven las cuasi lágrimas del señor presidente municipal solicitando ayuda al gobierno federal si no comienzan él, y el gobernador del estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero, a dejar de comportarse como un par de frívolos políticos tránsfugas, y toman en serio la noble tarea de gobernar a esa maravillosa parte de la república mexicana, tarea que hasta el día de hoy por los resultados mostrados les ha quedado demasiado grande. Cuánta razón tiene don Alejandro Martí: “si no pueden, renuncien”.
STATU QUO POLÍTICO.
La respetable maestra doña Elba Esther Gordillo insiste en la ridícula necedad de aparecer como una mártir ante sus agremiados; ahora lo hizo con la gran “inteligencia” que posee, para compartirnos su epitafio: “aquí yace una guerrera, como guerrera murió”. Por supuesto que hay que reconocerle su actitud guerrera. La belicosidad con la que ha sabido eternizarse 23 años al frente del SNTE desde donde ha podido convertirse de una sencilla maestra en Nezahualcóyotl a una acaudalada y envidiada ciudadana que lo mismo reside en su exclusivo departamento de Polanco que en su lujosa casa de Coronado, en Estados Unidos. Nada de pobrezas, ¡eh!, nada de departamentos o casas de interés social como las que habitan la mayoría de los sindicalizados. ¿De dónde provendrá la fortuna de la “maestra”? Estoy seguro que a su gremio le gustaría saberlo… o confirmarlo.
El nombre de “La Perla del Pacífico” definía con absoluta precisión al paradisiaco balneario mexicano cuya fama a nivel mundial era incuestionable. Entre los años 1950 y 1970 alcanzó su punto más alto de “glamour”. Los miembros del llamado jet set vacacionaban en Acapulco, contraían matrimonio, filmaban películas y algunos hasta adquirían espectaculares casas con vista a la espléndida bahía. Las estrellas mexicanas de la época contribuyeron a la exquisita fama del puerto al hacerlo su punto de reunión social. Agustín Lara fue el más “descarado”; se inspiró ahí para escribir su famosa canción “María Bonita” dedicada a la Doña.
Para el habitante de la ciudad de México era toda una aventura ir de vacaciones con la familia, o viajar para la luna de miel, y en esos años quién no se escapaba algún fin de semana con los amigos para recorrer cuanto centro nocturno fuera posible, tomarse todas las cubas libres que el cuerpo aguantara, e intentar el “ligue” con alguna “gringa” voluptuosa y calenturienta.
Eran años dorados. Estar en el famoso Acapulco era verdaderamente entrar en el paraíso, con su clima edénico, el mar seductor abrazado por sus hermosas playas, y como inigualables anfitriones, su maravillosa gente porteña, atenta, servicial y cálida.
¿Dónde quedó entonces aquel esplendoroso Acapulco, remanso de diversión sana, de apacibles caminatas por la costera, de crepúsculos interminables, de romanticismo perenne y extático para todos quienes lo visitábamos?
Desde hace varios años la violencia irrumpió, al parecer en forma definitiva, en el siempre bravo estado de Guerrero, acentuándose en años recientes con la manifestación incontenible del llamado “crimen organizado”, el cual ha regado de cadáveres, sin compasión alguna, la región, y muy dolorosamente Acapulco no ha sido la excepción. Al contrario, el pasado día 7 del mes en curso, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal AC, a través de su portal web, ubicó al otrora paraíso del Pacífico en el segundo sitio del ranking mundial de las 50 ciudades más violentas.
El hartazgo de la población guerrerense llegó al límite. En ciertas comunidades de la Costa Chica y La Montaña aparecieron desde 1995 los denominados “movimientos de autodefensa” y las “policías comunitarias”. Recientemente en El Mesón, del municipio de Ayutla de los Libres, la comunidad se erigió en tribunal popular para juzgar mediante usos y costumbres a 53 personas, es decir, harán justicia por su propia mano. Ante esto, algunas ONG y colegios de abogados ya alertaron en el sentido de que Guerrero se ha convertido en un estado fallido. Y es precisamente aquí donde puede estar una de las respuestas al declive de Acapulco. La falta de aplicación de justicia ha exacerbado a las víctimas, y en Guerrero se han encendido desde hace tiempo los focos rojos, aunque el señor gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero intente minimizar el hecho.
Un acto cobarde y despreciable sucedido la madrugada del pasado domingo 4 de febrero en un búngalo en el poblado Alfredo V. Bonfil, en la Zona Diamante de Acapulco, confirma la inseguridad: 6 turistas españolas fueron abusadas sexualmente por cinco sujetos armados. Esto es un drama tremendo y una vergüenza para el país. Sin embargo, para el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, “esto sucede en cualquier parte del mundo, no sólo en Acapulco”. Tal es la ignorancia, arrogancia y desfachatez de este insensible “político”. De nada sirvieron sus posteriores disculpas por tan desafortunada declaración.
Al ilustre señor Luis Walton Basurto le brota por todos los poros del cuerpo la necesidad inmediata para que alguno de sus colaboradores o asesores le explique minuciosamente que: la globalización no aplica en modo alguno en el deleznable delito del abuso de mujeres, es decir, que no porque suceda en cualquier parte del mundo, también debe acontecer en Acapulco. Tampoco estaría de más enterarlo del conocido adagio: “mal de muchos, consuelo de… ”, o incluso de la frase del filósofo inglés Francis Bacon: “un hombre no es sino lo que sabe”.
El Operativo Guerrero Seguro ha generado sólo resultados parciales, sin embargo, la violencia no ha sido erradicada en el estado ni en Acapulco. El cobro de piso, extorsión y secuestro son los delitos más recurrentes que caen como plaga maldita, principalmente sobre los acapulqueños.
Acapulco vive prácticamente del turismo. En la actualidad, más del nacional, pues el extranjero ha migrado a destinos como Cancún, Los Cabos y Puerto Escondido, entre otros. Los tres niveles de gobierno tienen la ineludible obligación de restaurar la seguridad en el destino de playa más popular en México. De nada sirven las cuasi lágrimas del señor presidente municipal solicitando ayuda al gobierno federal si no comienzan él, y el gobernador del estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero, a dejar de comportarse como un par de frívolos políticos tránsfugas, y toman en serio la noble tarea de gobernar a esa maravillosa parte de la república mexicana, tarea que hasta el día de hoy por los resultados mostrados les ha quedado demasiado grande. Cuánta razón tiene don Alejandro Martí: “si no pueden, renuncien”.
STATU QUO POLÍTICO.
La respetable maestra doña Elba Esther Gordillo insiste en la ridícula necedad de aparecer como una mártir ante sus agremiados; ahora lo hizo con la gran “inteligencia” que posee, para compartirnos su epitafio: “aquí yace una guerrera, como guerrera murió”. Por supuesto que hay que reconocerle su actitud guerrera. La belicosidad con la que ha sabido eternizarse 23 años al frente del SNTE desde donde ha podido convertirse de una sencilla maestra en Nezahualcóyotl a una acaudalada y envidiada ciudadana que lo mismo reside en su exclusivo departamento de Polanco que en su lujosa casa de Coronado, en Estados Unidos. Nada de pobrezas, ¡eh!, nada de departamentos o casas de interés social como las que habitan la mayoría de los sindicalizados. ¿De dónde provendrá la fortuna de la “maestra”? Estoy seguro que a su gremio le gustaría saberlo… o confirmarlo.
# YO SOY FLORENCE CASSEZ
Artículo.
A los eruditos ministros de la Corte Olga Sánchez Cordero, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Arturo Zaldívar les fue prácticamente imposible ocultar la camiseta que traían bajo la toga. La leyenda en ella parecía ser la siguiente: #Yo Soy Florence Cassez.
Acerca de esta humillación para todos los mexicanos se han escrito ríos de tinta en todos los medios mexicanos y franceses. Es un tema delicado per se. Durante décadas, la impartición de justicia ha representado una de las mayores vergüenzas para la nación entera. Los encargados de su aplicación la prostituyeron a través del tiempo hasta convertirla en deplorable mercancía de segunda mano, y por años la han ofertado a quien pueda pagarla.
No debería entonces sorprendernos la cuestionada conducta de los señores magistrados que votaron a favor de la liberación de madame Cassez, ya que sólo representan la parte final del tortuoso camino judicial en el caso de la ciudadana francesa.
Escudarse inmoralmente en argucias legaloides, simplemente hunde más en el fango de la deshonra a quienes tuvieron la responsabilidad, y la incumplieron, de dar a cada quien lo que se merece. El gran escritor mexicano Carlos Fuentes decía que “hay formas del prestigio que lo abarcan todo”. Es evidente que los doctos ministros no conocen la contundente frase.
El ominoso comportamiento del Poder Judicial ha sido cuestionado por la sociedad mexicana de manera recurrente hasta perder la cuenta. Hoy lastimosamente demuestra a plenitud su sometimiento a otro poder: el Ejecutivo, a pesar de negarlo y de intentar grotescamente justificar lo que a todas luces es injustificable.
Los mexicanos sabemos que la señora Cassez no puede presumir de inocente. La Corte no la amparó por ser inocente, como ella pregonó a su llegada a Francia, sino por “violaciones graves a los derechos de presunción de inocencia y debido proceso”, así que no sólo es una presunta secuestradora, también una consumada y vulgar mentirosa.
El gobierno francés montó un circo mediático para recibir a la Cassez, y celebrar el hecho de que al fin se salió con la suya; también, a que su contraparte mexicana haya cedido a la presión gala. De nada tienen que vanagloriarse en aquel país. Es una desvergüenza mayúscula que reciban como heroína a una detestable delincuente.
En cuanto a los culpables del vodevil montado para mostrar a los medios la aprehensión de la “estrella franchute”, ¿seguirán en la acostumbrada impunidad? El superpolicía del sexenio pasado Genaro García Luna y su protector y jefe, don Felipe Calderón Hinojosa, no pueden salir incólumes, aunque se oculten en Miami y Harvard, después del tenebroso y fallido montaje que “organizaron” plagado con tan hilarantes y tremendas pifias, que finalmente causaron la excarcelación de Cassez.
Las víctimas claman justicia, pero sus voces continúan extraviadas en el laberinto inextricable del sistema judicial mexicano. Cometieron el error más grande e imperdonable con el que se puede nacer en nuestro país: ser pobres, y ser pobres significa padecer o morirse de hambre, ser marginado socialmente e invariablemente ser excluido de lo más decoroso para el ser humano: la libertad y la justicia.
El pueblo mexicano ha repudiado la decisión de la Corte. Si bien la enorme mayoría de nosotros ignoramos el complicado lenguaje del Derecho, también es cierto que conocemos uno mejor que resiste la más rigurosa de las pruebas éticas: el de la probidad. Y en esto los mexicanos han basado su decisión inapelable para declarar culpables a todos aquellos que participaron en el “show Cassez”: la policía, los jueces, los ministros, Televisa, e incluso algún despistado comunicador con ínfulas quijotescas.
Nunca antes fue más cierta y absoluta la sentencia “Vox populi, vox Dei”, misma que les debe pesar como tremenda losa a los respetados ministros de la Corte. Entonces, de nada sirve que intenten otorgarse a sí mismos un amparo liso y llano; el pueblo ha dicho.
Como epílogo de este ejercicio periodístico y, únicamente (lo aclaro), con propósitos reflexivos, dejo las siguientes líneas con el mayor de los respetos a los multicitados señores ministros: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia… un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”. Las palabras de Luis Donaldo Colosio a 19 años de su cobarde asesinato aún siguen vigentes y retumbando en las conciencias de todos aquellos que ejercen torcidamente la impartición de justicia en nuestro querido México.
STATU QUO POLÍTICO.
Más violencia.
La ola de violencia en el país continúa de manera desenfrenada. Todos los días hay asesinatos en el territorio nacional, pero en el Estado de México la situación es verdaderamente crítica, de tal forma que el Ejército patrulla las calles de municipios como Atizapán, Huixquilucan Naucalpan, Tlalnepantla, y refuerza la seguridad en Ecatepec y Nezahualcóyotl. En la capital mexiquense el problema no es menor y agentes federales realizan rondines en la ciudad. Ante tanta anarquía y sangre, el jefe de Gobierno del Distrito federal está muy activo para poner en acción su plan Escudo Centro, en el que pretende lograr la adhesión de los gobernadores del Estado de México, Hidalgo y Morelos; incluso se habla también de los de Guerrero y Querétaro. ¡Alto a la violencia!
Cultura.
Para atemperar las malas noticias, les sugiero visitar la exposición del talentoso caricaturista michoacano Rogelio Naranjo, Naranjo, denominada Vivir en la raya. La sede es el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, del 24 de enero a finales de julio de este año. El costo es de 30.00 pesos y es sencillamente digna de verse.
A los eruditos ministros de la Corte Olga Sánchez Cordero, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Arturo Zaldívar les fue prácticamente imposible ocultar la camiseta que traían bajo la toga. La leyenda en ella parecía ser la siguiente: #Yo Soy Florence Cassez.
Acerca de esta humillación para todos los mexicanos se han escrito ríos de tinta en todos los medios mexicanos y franceses. Es un tema delicado per se. Durante décadas, la impartición de justicia ha representado una de las mayores vergüenzas para la nación entera. Los encargados de su aplicación la prostituyeron a través del tiempo hasta convertirla en deplorable mercancía de segunda mano, y por años la han ofertado a quien pueda pagarla.
No debería entonces sorprendernos la cuestionada conducta de los señores magistrados que votaron a favor de la liberación de madame Cassez, ya que sólo representan la parte final del tortuoso camino judicial en el caso de la ciudadana francesa.
Escudarse inmoralmente en argucias legaloides, simplemente hunde más en el fango de la deshonra a quienes tuvieron la responsabilidad, y la incumplieron, de dar a cada quien lo que se merece. El gran escritor mexicano Carlos Fuentes decía que “hay formas del prestigio que lo abarcan todo”. Es evidente que los doctos ministros no conocen la contundente frase.
El ominoso comportamiento del Poder Judicial ha sido cuestionado por la sociedad mexicana de manera recurrente hasta perder la cuenta. Hoy lastimosamente demuestra a plenitud su sometimiento a otro poder: el Ejecutivo, a pesar de negarlo y de intentar grotescamente justificar lo que a todas luces es injustificable.
Los mexicanos sabemos que la señora Cassez no puede presumir de inocente. La Corte no la amparó por ser inocente, como ella pregonó a su llegada a Francia, sino por “violaciones graves a los derechos de presunción de inocencia y debido proceso”, así que no sólo es una presunta secuestradora, también una consumada y vulgar mentirosa.
El gobierno francés montó un circo mediático para recibir a la Cassez, y celebrar el hecho de que al fin se salió con la suya; también, a que su contraparte mexicana haya cedido a la presión gala. De nada tienen que vanagloriarse en aquel país. Es una desvergüenza mayúscula que reciban como heroína a una detestable delincuente.
En cuanto a los culpables del vodevil montado para mostrar a los medios la aprehensión de la “estrella franchute”, ¿seguirán en la acostumbrada impunidad? El superpolicía del sexenio pasado Genaro García Luna y su protector y jefe, don Felipe Calderón Hinojosa, no pueden salir incólumes, aunque se oculten en Miami y Harvard, después del tenebroso y fallido montaje que “organizaron” plagado con tan hilarantes y tremendas pifias, que finalmente causaron la excarcelación de Cassez.
Las víctimas claman justicia, pero sus voces continúan extraviadas en el laberinto inextricable del sistema judicial mexicano. Cometieron el error más grande e imperdonable con el que se puede nacer en nuestro país: ser pobres, y ser pobres significa padecer o morirse de hambre, ser marginado socialmente e invariablemente ser excluido de lo más decoroso para el ser humano: la libertad y la justicia.
El pueblo mexicano ha repudiado la decisión de la Corte. Si bien la enorme mayoría de nosotros ignoramos el complicado lenguaje del Derecho, también es cierto que conocemos uno mejor que resiste la más rigurosa de las pruebas éticas: el de la probidad. Y en esto los mexicanos han basado su decisión inapelable para declarar culpables a todos aquellos que participaron en el “show Cassez”: la policía, los jueces, los ministros, Televisa, e incluso algún despistado comunicador con ínfulas quijotescas.
Nunca antes fue más cierta y absoluta la sentencia “Vox populi, vox Dei”, misma que les debe pesar como tremenda losa a los respetados ministros de la Corte. Entonces, de nada sirve que intenten otorgarse a sí mismos un amparo liso y llano; el pueblo ha dicho.
Como epílogo de este ejercicio periodístico y, únicamente (lo aclaro), con propósitos reflexivos, dejo las siguientes líneas con el mayor de los respetos a los multicitados señores ministros: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia… un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla”. Las palabras de Luis Donaldo Colosio a 19 años de su cobarde asesinato aún siguen vigentes y retumbando en las conciencias de todos aquellos que ejercen torcidamente la impartición de justicia en nuestro querido México.
STATU QUO POLÍTICO.
Más violencia.
La ola de violencia en el país continúa de manera desenfrenada. Todos los días hay asesinatos en el territorio nacional, pero en el Estado de México la situación es verdaderamente crítica, de tal forma que el Ejército patrulla las calles de municipios como Atizapán, Huixquilucan Naucalpan, Tlalnepantla, y refuerza la seguridad en Ecatepec y Nezahualcóyotl. En la capital mexiquense el problema no es menor y agentes federales realizan rondines en la ciudad. Ante tanta anarquía y sangre, el jefe de Gobierno del Distrito federal está muy activo para poner en acción su plan Escudo Centro, en el que pretende lograr la adhesión de los gobernadores del Estado de México, Hidalgo y Morelos; incluso se habla también de los de Guerrero y Querétaro. ¡Alto a la violencia!
Cultura.
Para atemperar las malas noticias, les sugiero visitar la exposición del talentoso caricaturista michoacano Rogelio Naranjo, Naranjo, denominada Vivir en la raya. La sede es el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, del 24 de enero a finales de julio de este año. El costo es de 30.00 pesos y es sencillamente digna de verse.
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