La vida.
Inobjetable saeta,
carrusel en que nos vamos.
Hembra puberta y dispuesta,
hurgando tiempo a las manos.
Gorrión de cantos y estrofas,
danzas que inventan las notas;
cuerpos callando silencio,
alma y poemas perversos.
Quietos sonidos brillando
a contraritmo exquisito;
pausado miedo a lo fijo,
vehemente pozo infinito.
Caleidoscopio frecuente,
recuerdos llanos distantes;
docena de amores fugados,
reflejo acorde a lo errado.
Himno llorado a tristeza, ¡ay!,
devenir de los hombres;
inverosímil bonanza,
jardines limpios de herrumbre.
Brindis de elixir colmado
por el plantar de los verbos;
fiel transpirar a lo amado,
fastuo réquiem por el vuelo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
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