Mañana,
cuando las horas de mi amor
busquen tu historia,
caminará mi corazón
por el sendero de tu aroma. /
Se bañará cautivo de tu sol,
escribirá poemas de tu voz;
esperará feliz,
se entregará hora tras hora. /
Mañana,
mi pertinaz espera
reescribirá a pasión,
te encontrará en fulgor
anhelará tu estrella. /
Mañana,
más allá de mañana,
en el quizás ambivalente,
esparciré puntual a Dios
las letras de tu nombre. /
Mañana
te daré al atardecer
cada minuto de mi tiempo,
cada vivencia de mi aliento,
y te amaré otra vez,
como gorrión sediento. /
Me saciaré en tu pétalo final,
te guardaré en el firmamento,
seré por siempre más
tu amante del momento. /
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
Benjamín Torres Uballe. Ciudad de México. Escritor de poesía y cuento. Ha publicado dos poemarios. Es colaborador de la revista cultural "El Búho" www.revistaelbuho.com. También es articulista del portal de noticias www.ferriz.com.mx. Bienvenidos.
lunes, 28 de diciembre de 2009
NOCTURNO
Nos cubre la noche;
celosa, bella, ferviente,
entregada a corazón,
proponiendo sin rubor,
en su alterno caminante.
Se renuevan
nuestras almas,
como lunas semejantes,
en abierta conjunción,
como notas concordantes.
De quimeras,
nuestras voces amanecen,
serenatas de pasiones;
extasiadas ocasiones
plenitud y convicciones.
Infinito el pensamiento,
contemplar y retroceso,
renacernos en el tiempo;
inexhausta la mirada,
permisibles desencuentros.
Asentir así
tu cuerpo y mi cuerpo;
libertades del momento,
quintaesencia del silencio
lo demás...también es nuestro...
Para la Gòmora y para mì en memoria de esas interminables y deliciosas horas de charla, y las exquisitas copas de vino, oasis siempre de paz para el espìritu. Hasta siempre.
Autor: Benjamìn Torres Uballe. Prohibida la reproducciòn total o parcial a travès de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorizaciòn por escrito del autor.
celosa, bella, ferviente,
entregada a corazón,
proponiendo sin rubor,
en su alterno caminante.
Se renuevan
nuestras almas,
como lunas semejantes,
en abierta conjunción,
como notas concordantes.
De quimeras,
nuestras voces amanecen,
serenatas de pasiones;
extasiadas ocasiones
plenitud y convicciones.
Infinito el pensamiento,
contemplar y retroceso,
renacernos en el tiempo;
inexhausta la mirada,
permisibles desencuentros.
Asentir así
tu cuerpo y mi cuerpo;
libertades del momento,
quintaesencia del silencio
lo demás...también es nuestro...
Para la Gòmora y para mì en memoria de esas interminables y deliciosas horas de charla, y las exquisitas copas de vino, oasis siempre de paz para el espìritu. Hasta siempre.
Autor: Benjamìn Torres Uballe. Prohibida la reproducciòn total o parcial a travès de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorizaciòn por escrito del autor.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
CALEIDOSCOPIO
La vida.
Inobjetable saeta,
carrusel en que nos vamos.
Hembra puberta y dispuesta,
hurgando tiempo a las manos.
Gorrión de cantos y estrofas,
danzas que inventan las notas;
cuerpos callando silencio,
alma y poemas perversos.
Quietos sonidos brillando
a contraritmo exquisito;
pausado miedo a lo fijo,
vehemente pozo infinito.
Caleidoscopio frecuente,
recuerdos llanos distantes;
docena de amores fugados,
reflejo acorde a lo errado.
Himno llorado a tristeza, ¡ay!,
devenir de los hombres;
inverosímil bonanza,
jardines limpios de herrumbre.
Brindis de elixir colmado
por el plantar de los verbos;
fiel transpirar a lo amado,
fastuo réquiem por el vuelo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
Inobjetable saeta,
carrusel en que nos vamos.
Hembra puberta y dispuesta,
hurgando tiempo a las manos.
Gorrión de cantos y estrofas,
danzas que inventan las notas;
cuerpos callando silencio,
alma y poemas perversos.
Quietos sonidos brillando
a contraritmo exquisito;
pausado miedo a lo fijo,
vehemente pozo infinito.
Caleidoscopio frecuente,
recuerdos llanos distantes;
docena de amores fugados,
reflejo acorde a lo errado.
Himno llorado a tristeza, ¡ay!,
devenir de los hombres;
inverosímil bonanza,
jardines limpios de herrumbre.
Brindis de elixir colmado
por el plantar de los verbos;
fiel transpirar a lo amado,
fastuo réquiem por el vuelo.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
HUMANIDAD
El amor y la vida.
El silencio y el alma.
Los afanes del tiempo.
Ceremonias que pasan.
¡Ah! humanidad perdida,
en la insolente brecha de tus días gloriados;
obscuridad obscena, bestia depredadora.
Sinrazón escabrosa de piel madura,
miseria es vuestra ruindad, hiena ruin;
repudio a tu ignominia
como los sueños que atrapa la Luna,
que acuciosa infiel se yergue agazapada
tras la presa fácil que no mira más distante.
¿Cómo desharás viejo camino, las historias repetidas,
sudor de los engreídos?
¿Dónde abrevarán la paz esos hombres y sus llantos?
¿Cuántas manos más conllevarán tus penas?
¿Cuántas de ellas errarán hambrientas las miradas
de tus hijos?
¡Ay!, humanidad entera, ¿a dónde vas?
Ninguna sombra fugaz de amor te espera.
Inimaginadas horas de dolor surcarán tus horas
y te poseerán hambrientas,
como la noche devora para siempre la luz en las pupilas.
Así, ávidas flores marchitas, se entregarán ansiosas a ti.
Lamentos reverberan allá, en el eco de las almas duras,
tal la roca del desierto en el medio morir abrupto,
avasallado sin distingos;
en tanto hordas festivas mascaradas bailan
sin dilación sobre manecillas totales,
atemporales, dueñas de sus bailes .
Anteayer, apenas niña jugando a distraer la vida,
acuciosa, circundante;
tomada idílica de la mano en caricias inocentes;
hoy, ya ni siquiera amantes locos, de esos que guardan veneno
y se esconden temerosos unos con otros, a la espera del amanecer,
que no regresará porque se fue, se fue pa’ siempre…
Humanidad, perdida, finita; cuánta tristeza por ti, en la memoria.
Autor: Benjamìn Torres Uballe; prohibida la reproducciòn total o parcial, a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
Del libro: Plural Vagabundo versión 19.52. Abril 2011
El silencio y el alma.
Los afanes del tiempo.
Ceremonias que pasan.
¡Ah! humanidad perdida,
en la insolente brecha de tus días gloriados;
obscuridad obscena, bestia depredadora.
Sinrazón escabrosa de piel madura,
miseria es vuestra ruindad, hiena ruin;
repudio a tu ignominia
como los sueños que atrapa la Luna,
que acuciosa infiel se yergue agazapada
tras la presa fácil que no mira más distante.
¿Cómo desharás viejo camino, las historias repetidas,
sudor de los engreídos?
¿Dónde abrevarán la paz esos hombres y sus llantos?
¿Cuántas manos más conllevarán tus penas?
¿Cuántas de ellas errarán hambrientas las miradas
de tus hijos?
¡Ay!, humanidad entera, ¿a dónde vas?
Ninguna sombra fugaz de amor te espera.
Inimaginadas horas de dolor surcarán tus horas
y te poseerán hambrientas,
como la noche devora para siempre la luz en las pupilas.
Así, ávidas flores marchitas, se entregarán ansiosas a ti.
Lamentos reverberan allá, en el eco de las almas duras,
tal la roca del desierto en el medio morir abrupto,
avasallado sin distingos;
en tanto hordas festivas mascaradas bailan
sin dilación sobre manecillas totales,
atemporales, dueñas de sus bailes .
Anteayer, apenas niña jugando a distraer la vida,
acuciosa, circundante;
tomada idílica de la mano en caricias inocentes;
hoy, ya ni siquiera amantes locos, de esos que guardan veneno
y se esconden temerosos unos con otros, a la espera del amanecer,
que no regresará porque se fue, se fue pa’ siempre…
Humanidad, perdida, finita; cuánta tristeza por ti, en la memoria.
Autor: Benjamìn Torres Uballe; prohibida la reproducciòn total o parcial, a través de cualquier medio con fines de lucro, sin la autorización por escrito del autor.
Del libro: Plural Vagabundo versión 19.52. Abril 2011
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