Vuelve siempre aquí, mujer,
cuando tus sueños resientan invierno.
Vuelve otra vez aquí,
si acaso tus alas
ansiaran alientos.
Vuelve, vuelve a mi, mujer,
si las fatigas son noches insomnes,
ya velaré de ti,
en tanto se duerma vencido el derroche.
Duerme en paz,
que el Sol ha quedado quieto,
es mejor la placidez,
y la vida en nuestro sueño.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción total o parcial a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
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