Artículo.
¿Qué?, porque los trabajadores están jodidos, ¿yo también debo estarlo?
Joaquín Gamboa Pascoe
En 1988 a pregunta de una reportera
“La ley nos obliga a todos por igual y nadie puede estar por encima de ella”. Categórico, el presidente Enrique Peña Nieto lo dijo en su mensaje a la nación, el pasado 27 de febrero. Se refería, sin llamarla por su nombre, a la maestra Elba Esther Gordillo, capturada horas antes en el aeropuerto de Toluca.
Transcurrido el impacto por el “sorpresivo” y quirúrgico arresto de La Maestra, y habérsele decretado posteriormente el auto de formal prisión, ya cuando la euforia popular por el derrumbe de la “villana favorita” empieza a amainar, las preguntas de la sociedad y los medios han empezado a manifestarse con insistencia.
¿Quién sigue ahora? Es el cuestionamiento recurrente. Y los nombres desfilan como en una pasarela con una precisión envidiable. Las redes sociales son la herramienta de comunicación preferida y la más poderosa para que no escape a la memoria ninguno de los posibles candidatos para convertirse ignominiosamente en el “siguiente” líder incómodo.
Carlos Romero Deschamps, secretario general del STPRM, quien ha declarado estar tranquilo y con las manos limpias, encabeza por abrumadora mayoría las preferencias de los mexicanos para que el también senador priista se convierta en “el que sigue”, en la mira del, de pronto rápido y eficaz, sistema judicial en la nueva administración peñista.
Razones no le faltan a los mexicanos con el señor Deschamps, quien se ha esforzado con un ímpetu desbordante para demostrar que La Maestra no es sino una mera aprendiz. Sin embargo, los que detallo a continuación califican con amplios méritos para ser incluidos en tan exclusiva y exquisita lista de “líderes intocables”, precisando que como algunos ya pasaron a mejor vida, sólo están incluidos en forma honoraria y como mera referencia histórica:
Luis N. Morones (finado), Joaquín Hernández Galicia, La Quina, Salvador Barragán Camacho (finado), Fidel Velázquez (finado), Leonardo Rodríguez Alcaine, La Güera, cuñado de los reporteros (finado), Napoleón Gómez Urrutia, Víctor Flores Morales, Martín Esparza y Joaquín Gamboa Pascoe, este último autor de la célebre frase con la que inicio la columna, en respuesta a una reportera en 1988 -según lo refiere El Universal-, cuando lo cuestionó si no era un insulto que un líder obrero llegara en autos de lujo a la CTM. “Qué le pasa, ¿qué?, porque los trabajadores están jodidos, ¿yo también debo estarlo? Le salió del alma al aquel entonces líder de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal (FTDF), y definía de forma absoluta la manera en que piensan y sienten los inmaculados líderes sindicales. Simplemente los trabajadores les importan nada.
Y el señor Dechamps es, sin duda, el ejemplo más representativo de esos nefastos dirigentes sindicales que viven a expensas de las cuotas obreras, del tráfico de influencias, de la necesidad del trabajador, y que han hecho de la “tranza” diaria su modus vivendi.
La ostentación obscena y cínica de los recursos obtenidos inmoralmente por los “caudillos del sindicalismo” muestra a rajatabla su escasa inteligencia, pero sobre todo la pobreza de valores y la nula solidaridad para con sus agobiados agremiados.
Hay que recordarle al señor Gamboa Pascoe, veinticinco años después, que sí, que los insultos hacia el trabajador están no sólo en los carros de lujo, especialmente en los Ferrari Enzo edición limitada, sino en los yates, en las mansiones en Las Lomas, en El Pedregal, en Tepoztlán, en un edificio de cinco pisos en Cancún, o en un rancho en Hidalgo con caballos pura sangre, en los relojes Audemars Piguet, o en los groseros y perversos lujos con los cuales se exhiben en las redes sociales los juniors de estos “próceres” del sindicalismo mexicano.
No existe líder sindical pobre, ninguno. Todos llegan con el mismo y único fin: enriquecerse hasta la saciedad, y no les importan los medios para lograrlo. Pero en el camino del saqueo van dejando un rastro con huellas indelebles de sus raterías, y lo hacen de la manera más burda porque se saben impunes, lo cual es cierto en tanto no cometan el error de oponerse al sistema, como en su tiempo lo hizo La Quina y ahora La Maestra.
El presidente Peña Nieto advirtió en su participación durante la XXI Asamblea Nacional del PRI: “No hay intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional”. Frase con un fuerte aroma a reprimenda y amenaza para todos aquellos que pretendan salir del redil.
Son nuevos tiempos en México, diferentes. La sociedad está más politizada y sensible al actuar del nuevo gobierno. Es por ello de vital importancia que Peña Nieto se conduzca con absoluta congruencia en su tarea de gobernar, y que así como las instancias judiciales actuaron con una rapidez inusual y asombrosa en el caso de la ex lideresa del SNTE, lo haga con la numerosa cantidad de rufianes disfrazados de líderes sindicales, y cuyos nombres son del dominio popular.
Una golondrina no hace verano, dice el refrán, así que el encarcelamiento de La Maestra no cambia la calidad de la justicia mexicana, ni la percepción que en el país se tiene de hacer política. Nuestro señor Presidente tendrá que ser aún más contundente en la aplicación de la justicia con los Deschamps, los Flores Morales, los Napoleón Gómez, los Gamboa Pascoe, los Hernández Juárez, los Esparza, pero también con los Granier, los Moreira, los Marín, y tantos más que por cuestión de espacio es imposible mencionar. ¿Verdad que sí hay intocables?, y ni siquiera se esconden, están a la vista de todos. Entonces, ¿quién es el siguiente? ¿Acaso El Químico?…
STATU QUO POLÍTICO.
Trascendió que el condenable y cobarde ataque al Diario de Juárez y a las instalaciones del Canal 44, en Chihuahua, pudo haber sido motivado por un pleito entre personal de seguridad del fraccionamiento de San Marcos y los reporteros de los dos medios cuando éstos cubrían un incendio en el sitio. Las investigaciones deben llegar al fondo y castigar a los culpables. El gobernador César Duarte ha realizado un buen trabajo para disminuir la violencia en el estado, así que acciones como ésas no deben quedar impunes.
Por cierto, con el voto a favor del PRI, PAN Y PVEM, en el Senado fue aprobado en comisiones el plan energético del presidente Enrique Peña Nieto. Manuel Bartlett ahora del PT fue la voz opositora, ¿tendrá la autoridad moral para ello?.
Autor: Benjamín Torres Uballe; prohibida la reproducción parcial o total a través de cualquier medio con fines de lucro sin la autorización por escrito del autor.
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